sábado, 5 de mayo de 2012

LA REVOLUCIÓN COPERNICANA Y LOS PUNTOS GALÁCTICOS (2º Parte)



Co Copérnico:

                  Con el mismo aspecto de semicuadratura, en 1502, Copérnico elabora sus primeras hipótesis que completará casi cuarenta años después con su obra póstuma “De Revolutionis” de 1543, en donde la coincidencia en el nivel galáctico es el aspecto de septil en 1543 entre el ASP (17º21’ Escorpio) y el SCG(25º24’ Virgo, orbe 57’Según Resen, Copérnico escribe sus “Commentariolus” entre “el 15 de julio de 1502 y el 1 de mayo de 1514”[1] .
En el inicio de su redacción el ASP (10º28’ Escorpio) hacía semicuadratura además  del SCG (24º46’ Virgo, orbe 42’) con el Apex(25º26’ Sagitario, orbe 2’) y nonil con el CG(19º58’ Sagitario, orbe 33’).

    La influencia benigna del CG, a pesar de las hipótesis revolucionarias del movimiento de la tierra y el desplazamiento de ésta del centro del Universo, haya mermado la reacción en su contra y aceptado el disfraz de hipótesis de sus teorías al menos en el ámbito propiamente católico (CG). No fue así en los teólogos protestantes, pero éstos manifestaron  recién en 1539 (Lucero)y 1541 (Melanchton) como veremos más abajo.

    Desde la perspectiva sincronística, la activación de la tensión natural entre el Apex y SCG por las dos semicuadraturas, preanunciaba la revolución de la idea del mundo. Aunque como han estudiado los investigadores modernos la llamada revolución de Copérnico propiamente dicho es “una refundición del sistema de Ptolomeo”[2] , donde se mantienen las esferas cristalinas y los movimientos circulares de los planetas. Desplaza la tierra del Centro del Universo, coloca al Sol cerca de él (heliostático). Así funde el sistema ptolemaico con el pitagórico que planteaba el heliocentrismo y la rotación de la tierra para explicar el movimiento de las estrellas (Heráclito de Ponto).

    En el “Commentariolus de hypothesibus mutuum coelestium a se constitutis” propone las siete ideas que tomarán forma definitiva en 1543 en “De Revolutionis”. Estas son :

    “1) No existe un único centro para todas las esferas o círculos celestes.
      2) El centro de la Tierra no es el centro del Universo sino el centro de gravedad y órbita       
          de la Luna.

      3) Todos los planetas giran alrededor del Sol, el cual está en su centro y, en      
           consecuencia, el Sol se encuentra en el centro del Universo.

       4) La distancia de la Tierra al Sol es despreciable en comparación al distancia que
            existe entre la tierra y los confines del Universo.

       5) Los movimientos que observamos en el firmamento no son propio de éste  sino
            que son reflejo del movimiento de la Tierra. La Tierra y los elementos que la
             rodean, aire, agua, giran sobre sí mismos en un día, mientras que el cielo
             permanece en reposo.

       6) Los movimiento del Sol  son simples apariencias debidas a los movimientos diurno y
            traslación  de la Tierra , pues ésta gira en torno de aquel como cualquier planeta.

7)                    Los movimientos directo y retrógrado de los planetas son simple consecuencia
del movimiento de la Tierra .”[3]  


    Estas premisas muestran posteriormente en “De Revolutionis” de 1543, su fundamento “herético” neo-pitagórico-hermético : “El Sol reside en el centro de todo ¿Quién en verdad, eneste templo que es la suma magnificencia habría puesto la luz en otro mejor sitio que aquel desde el cual pudiese iluminarlo  a un mismo tiempo? Por lo tanto, no es impropiamente que algunos llaman la lámpara del mundo, otros su mente, otros su soberano. Trimegistro (lo llama) el Dios visible; la Electra de Sófocles, el que todo lo ve. Así, decididamente, por cuanto residen en la sede real, el Sol gobierna a la familia de las estrellas que le rodean”[4] 

    Los elementos que hoy conocemos como revolución copernicana, o sea la ruptura del sistema ptolemaico de epiciclos y excéntricas, del universo esférico y limitado con el movimiento circular de las esferas cristalinas, en realidad no existe en la obra del propio Copérnico. El propio Khun lo reconoce: “ La mayor parte de los elementos esenciales que asociamos a la revolucion copernicana, a saber, los cálculos fáciles y precisos de las posiciones planetarias, la abolición de los epiciclos y las excéntricas, la desaparición de las esferas, la idea de un sol semejante a las estrellas y de un universo infinito en extensión, así como mucha sotras, no aparecen por parte alguna en la obra de Copérnico. Excepto en lo que se refiere al movimiento terrestre, el “De Revolutionis”, parece desde todos los puntos de vista más estrechamente vinculado a las obras de astrónomos y cosmólogos de la antigüedad y la Edad Media que a las generaciones posteriores.”[5]

    Como el mismo autor reflexiona este texto lleva a otros a provocar una revolución, con lo cual desde el punto de vista arquetípico que nos interesa nos lleva all arquetipo herético-revolucionario cuya manifestación sincronística es el SCG y en segundo lugar el Apex, quien en su carácter de sintetizador del conflicto heterodoxia-ortodoxia (SCG- CG) dando lugar, al estar en cuadratura constante ambos puntos(SCG-Apex) a resoluciones violentas o profundas divisiones. [6]

    Aquí podemos trazar una línea, una continuidad propia del arquetipo, pero cuya manifestación en el plano consciente difiere según el espíritu de la época expresado por el arquetipo zodiacal por el que transita sincronísticamente el ASP.

    Así observamos como con  la conjunción (1200-1212) resurge el interés por la naturaleza y San Francisco lo expresa en una “coincidencia oppositorum”(coincidencia de opuestos) propio de este aspecto, en una forma mística como amor a la naturaleza y veneración al “Hermano Sol”, reeditando los antiguos ritos paganos. Con el de 18º, nace Oresme(1323) quien argumenta a favor del heliocentrismo con posterioridad. Con el semisextil, hace lo propio Nicolás de Cusa (1401) quien con el semiquintil expone su universo infinito en la “Docta Ignorancia” (1440). Con el nonil (1459) Ficino inaugura la Academia Florentina donde las ideas pitagóricas-herméticas encuentran su lugar de desarrollo. El propio Ficino coagula sus idea heliocéntrica en “De Sole”(1494), con la semicuadratura, aspecto  con que Copérnico expone las siete tesis en el “Comentariolus” (1502), tomando forma definitiva con el septil en 1543 con “De Revolutionis”.

    Como señala Khun, el libro de Copérnico  lleva a otros a provocar la Revolución y aquí observamos el suelo fecundo para que esta semilla germine, dado que el período Escorpio IX(1439,64-1618,22) del Eón de Piscis,  predispone dadas sus características a la ruptura (Escorpio)  de la Cosmovisión (IX), por ello podemos hablar del surgimiento de un nuevo paradigma, como plantea Khun, un nuevo modelo de comprensión de la realidad(IX), pero que se alimenta de un corriente subterránea (SCG) que puede emerger dadas las condiciones del arquetipo imperante (Escorpio, aspectos del ASP-SCG), el espíritu de la época en terminología filosófica.

2

     Desde el tema natal de Copérnico ( 19/2/1473, Torun, Polonia, fuente Marc Penfield, Compact Matrix), podemos confirmar la paradoja de que sus ideas fusionando dos sistemas, el ptolemáico y el pitagórico, hayan generado una tormenta que transforma la imagen del mundo sostenida por la ortodoxia católica y la reformista. El nace con el ASP(5º36’ Escorpio) en nonil al SCG(24º26º’Virgo, orbe 1º10’)y también con la semicuadratura  del primero al CG( 19º30’ Sagitario, orbe 1º6’)

    El ASP estaba en conjunción con Urano natal en III (4º58’, Escorpio, orbe 38’) quien estaba en aspecto al Asc (2º44’ Virgo) y en trígono al Sol ( 10º11’ Piscis).  Así se desata  la tormenta (Urano) de ideas (III) que revolucionará  la visión del mundo (ASP Escorpio IX del Eón). Este aspecto es confirmado por la octava inferior  y regente natural de la casa III, Mercurio (26º30’ Piscis),quien desde  VIII recibe la oposición del SCG (24º26’ Virgo),estimulando las ideas (Mercurio) y favoreciendo la investigación (VIII), pero temía que éstas mismas lo llevaran a situaciones riesgosas (VIII) con la ortodoxia. Esto se verá confirmada por la oposición de Saturno (18º37’ Géminis) al CG, donde sus ideas (Géminis) de la realidad física del mundo (Saturno) generarían oposición en la visión ortodoxa del Mundo (CG).
    Cuando escribe el  “Comentariolus”, el ASP (10º28’ Escorpio) no sólo hacía semicuadratura al SCG, al Ápex y el nonil al CG, sino que estaba en trígono casi partil al Sol natal (10º11’ Piscis, orbe 17’) en VII,  mostrando el peso que este escrito tendría en el exterior (VII), provocándole aliados y enemigos declarados (VII) así también ocultos (Sol regente de XII).

    En el nivel personal, el Sol progresado (6º converso, de aquí en adelante PS), el 15 de Julio de 1502, fecha de inicio del trabajo, transitaba por Virgo  en I (14º47’) haciendo un nonil casi partil a Urano (4º58 Escorpio, orbe 9’), desplegando la originalidad de las nuevas propuestas.

    En 1540, un discípulo de Copérnico, Georg Rhéticus (16/2/ 1514, Felderkirch, Austria, hora desconocida), a quien el maestro le había confiado el manuscrito de “De Revolutionis”, publica la célebre “Narratio Prima” “una serie de consideraciones astrológicas acerca de la caída del Imperio Romano, el nacimiento del Imperio Musulmán y la segunda venida de Cristo, contiene una límpida exposición de la cosmología copernicana”[7]

    El ASP (16º51’ Escorpio) estaba en el partil del reptil con el SCG(25º22’ Virgo, orbe 4’) y además, aspectaba con un nonil al Ápex (25º40’ Sagitario), mostrando la base arquetípica para la amplia difusión de la obra copernicana.

     Rheticus, había nacido por su parte, con la conjunción del Ápex (25º40’Sagitario) a Marte- Plutón(25º14’,27º30’ Sagitario, orbes 26’ y 1º50’), pudiendo ser la punta de lanza (Marte-Plutón, Sagitario) para la irrupción de la nueva idea (Ápex).

     A fines de mayo de 1543 se publica finalmente “De Revolutionis” con el mismo aspecto de septil (orbe 32’) y previo,  el 24 de ese mismo mes fallece el mismo Copérnico, siendo la publicación póstuma. El Sol PS (8º37’ Capricornio) en la casa V, hacía un nonil, como en el “Comentariolus” pero esta vez a Neptuno en III (18º9’ Escorpio, orbe 29’), a la vez que el ASP hacía conjunción con este planeta (17º21’ Escorpio). De esta forma coagulaba su obra en forma definitiva (Sol en Capricornio en V), comenzando la difusión de la ideas (III) y la disolución del modelo cosmológico (Neptuno-Escorpio), incitando a la discusión general del mismo (ASP en III), coincidiendo con su muerte (Neptuno regente de VIII).

    Nos queda observar el impacto causado en el medio, las defensas y los ataques y mejoras  a su sistema. Esto lo empezaremos a desarrollar en la tercera parte de este artículo.



[1] Citado en Vernet J.,  Astrología y Astronomía en el Renacimiento, El Acantilado, Barcelona, 2000, pag. 92
[2] Debus A., El Hombre y la Naturaleza en el Renacimiento, FCE, México, 1985, pag. 156
[3] Citado en Vernet, loc. Cit., pag 101/102.
[4] Citado en Khun, loc. Cit., pag 180
[5] Khun, loc. Cit., TII, pag. 186)
[6] Al lector interesado lo remito a mi trabajo del 2004/ 09, “Los Puntos Galácticos, El Eón de Piscis y el Cristianismo” en donde podrá encontrar  másejemplos de este accionar.
[7] Rossi P., “La nascita Della scienza moderna in Europa”, Laterza, Roma, 1997, pag. 81-82

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