Co Copérnico:
Con el mismo aspecto de
semicuadratura, en 1502, Copérnico elabora sus primeras hipótesis que
completará casi cuarenta años después con su obra póstuma “De Revolutionis” de
1543, en donde la coincidencia en el nivel galáctico es el aspecto de septil en
1543 entre el ASP (17º21’ Escorpio) y el SCG(25º24’ Virgo, orbe 57’ ) Según
Resen, Copérnico escribe sus “Commentariolus” entre “el 15 de julio de 1502 y
el 1 de mayo de 1514” [1]
.
La
influencia benigna del CG, a pesar de las hipótesis revolucionarias del movimiento
de la tierra y el desplazamiento de ésta del centro del Universo, haya mermado
la reacción en su contra y aceptado el disfraz de hipótesis de sus teorías al
menos en el ámbito propiamente católico (CG). No fue así en los teólogos
protestantes, pero éstos manifestaron
recién en 1539 (Lucero)y 1541 (Melanchton) como veremos más abajo.
Desde
la perspectiva sincronística, la activación de la tensión natural entre el Apex
y SCG por las dos semicuadraturas, preanunciaba la revolución de la idea del
mundo. Aunque como han estudiado los investigadores modernos la llamada
revolución de Copérnico propiamente dicho es “una refundición del sistema de
Ptolomeo”[2]
, donde se mantienen las esferas cristalinas y los movimientos circulares de
los planetas. Desplaza la tierra del Centro del Universo, coloca al Sol cerca
de él (heliostático). Así funde el sistema ptolemaico con el pitagórico que
planteaba el heliocentrismo y la rotación de la tierra para explicar el
movimiento de las estrellas (Heráclito de Ponto).
En el “Commentariolus de hypothesibus mutuum
coelestium a se constitutis” propone las siete ideas que tomarán forma
definitiva en 1543 en “De Revolutionis”. Estas son :
“1)
No existe un único centro para todas las esferas o círculos celestes.
2)
El centro de la Tierra
no es el centro del Universo sino el centro de gravedad y órbita
de la Luna.
3)
Todos los planetas giran alrededor del Sol, el cual está en su centro y,
en
consecuencia, el Sol se encuentra en el centro del Universo.
4)
La distancia de la Tierra
al Sol es despreciable en comparación al distancia que
existe entre la tierra y los confines del Universo.
5)
Los movimientos que observamos en el firmamento no son propio de éste sino
que son reflejo del movimiento de la Tierra. La Tierra y los
elementos que la
rodean, aire, agua, giran sobre sí mismos en un día, mientras que el
cielo
permanece en reposo.
6)
Los movimiento del Sol son simples
apariencias debidas a los movimientos diurno y
traslación de la Tierra , pues ésta gira en
torno de aquel como cualquier planeta.
7)
Los
movimientos directo y retrógrado de los planetas son simple consecuencia
del movimiento de la Tierra .”[3]
Estas
premisas muestran posteriormente en “De Revolutionis” de 1543, su fundamento
“herético” neo-pitagórico-hermético : “El Sol reside en el centro de todo
¿Quién en verdad, eneste templo que es la suma magnificencia habría puesto la
luz en otro mejor sitio que aquel desde el cual pudiese iluminarlo a un mismo tiempo? Por lo tanto, no es
impropiamente que algunos llaman la lámpara del mundo, otros su mente, otros su
soberano. Trimegistro (lo llama) el Dios visible; la Electra de Sófocles, el
que todo lo ve. Así, decididamente, por cuanto residen en la sede real, el Sol
gobierna a la familia de las estrellas que le rodean”[4]
Los
elementos que hoy conocemos como revolución copernicana, o sea la ruptura del
sistema ptolemaico de epiciclos y excéntricas, del universo esférico y limitado
con el movimiento circular de las esferas cristalinas, en realidad no existe en
la obra del propio Copérnico. El propio Khun lo reconoce: “ La mayor parte de
los elementos esenciales que asociamos a la revolucion copernicana, a saber,
los cálculos fáciles y precisos de las posiciones planetarias, la abolición de
los epiciclos y las excéntricas, la desaparición de las esferas, la idea de un
sol semejante a las estrellas y de un universo infinito en extensión, así como
mucha sotras, no aparecen por parte alguna en la obra de Copérnico. Excepto en
lo que se refiere al movimiento terrestre, el “De Revolutionis”, parece desde
todos los puntos de vista más estrechamente vinculado a las obras de astrónomos
y cosmólogos de la antigüedad y la Edad
Media que a las generaciones posteriores.”[5]
Como
el mismo autor reflexiona este texto lleva a otros a provocar una revolución,
con lo cual desde el punto de vista arquetípico que nos interesa nos lleva all
arquetipo herético-revolucionario cuya manifestación sincronística es el SCG y
en segundo lugar el Apex, quien en su carácter de sintetizador del conflicto
heterodoxia-ortodoxia (SCG- CG) dando lugar, al estar en cuadratura constante
ambos puntos(SCG-Apex) a resoluciones violentas o profundas divisiones. [6]
Aquí
podemos trazar una línea, una continuidad propia del arquetipo, pero cuya
manifestación en el plano consciente difiere según el espíritu de la época
expresado por el arquetipo zodiacal por el que transita sincronísticamente el
ASP.
Así
observamos como con la conjunción
(1200-1212) resurge el interés por la naturaleza y San Francisco lo expresa en
una “coincidencia oppositorum”(coincidencia de opuestos) propio de este
aspecto, en una forma mística como amor a la naturaleza y veneración al
“Hermano Sol”, reeditando los antiguos ritos paganos. Con el de 18º, nace
Oresme(1323) quien argumenta a favor del heliocentrismo con posterioridad. Con
el semisextil, hace lo propio Nicolás de Cusa (1401) quien con el semiquintil
expone su universo infinito en la “Docta Ignorancia” (1440). Con el nonil
(1459) Ficino inaugura la Academia
Florentina donde las ideas pitagóricas-herméticas encuentran
su lugar de desarrollo. El propio Ficino coagula sus idea heliocéntrica en “De
Sole”(1494), con la semicuadratura, aspecto
con que Copérnico expone las siete tesis en el “Comentariolus” (1502),
tomando forma definitiva con el septil en 1543 con “De Revolutionis”.
Como
señala Khun, el libro de Copérnico lleva
a otros a provocar la
Revolución y aquí observamos el suelo fecundo para que esta
semilla germine, dado que el período Escorpio IX(1439,64-1618,22) del Eón de
Piscis, predispone dadas sus
características a la ruptura (Escorpio)
de la Cosmovisión
(IX), por ello podemos hablar del surgimiento de un nuevo paradigma, como
plantea Khun, un nuevo modelo de comprensión de la realidad(IX), pero que se
alimenta de un corriente subterránea (SCG) que puede emerger dadas las
condiciones del arquetipo imperante (Escorpio, aspectos del ASP-SCG), el
espíritu de la época en terminología filosófica.
2
Desde el tema natal de Copérnico ( 19/2/1473, Torun, Polonia, fuente
Marc Penfield, Compact Matrix), podemos confirmar la paradoja de que sus ideas
fusionando dos sistemas, el ptolemáico y el pitagórico, hayan generado una
tormenta que transforma la imagen del mundo sostenida por la ortodoxia católica
y la reformista. El nace con el ASP(5º36’ Escorpio) en nonil al
SCG(24º26º’Virgo, orbe 1º10’)y también con la semicuadratura del primero al CG( 19º30’ Sagitario, orbe
1º6’)
El
ASP estaba en conjunción con Urano natal en III (4º58’, Escorpio, orbe 38’ ) quien estaba en aspecto al
Asc (2º44’ Virgo) y en trígono al Sol ( 10º11’ Piscis). Así se desata
la tormenta (Urano) de ideas (III) que revolucionará la visión del mundo (ASP Escorpio IX del
Eón). Este aspecto es confirmado por la octava inferior y regente natural de la casa III, Mercurio
(26º30’ Piscis),quien desde VIII recibe
la oposición del SCG (24º26’ Virgo),estimulando las ideas (Mercurio) y favoreciendo
la investigación (VIII), pero temía que éstas mismas lo llevaran a situaciones
riesgosas (VIII) con la ortodoxia. Esto se verá confirmada por la oposición de
Saturno (18º37’ Géminis) al CG, donde sus ideas (Géminis) de la realidad física
del mundo (Saturno) generarían oposición en la visión ortodoxa del Mundo (CG).
Cuando escribe el
“Comentariolus”, el ASP (10º28’ Escorpio) no sólo hacía semicuadratura
al SCG, al Ápex y el nonil al CG, sino que estaba en trígono casi partil al Sol
natal (10º11’ Piscis, orbe 17’ )
en VII, mostrando el peso que este
escrito tendría en el exterior (VII), provocándole aliados y enemigos
declarados (VII) así también ocultos (Sol regente de XII).
En el
nivel personal, el Sol progresado (6º converso, de aquí en adelante PS), el 15
de Julio de 1502, fecha de inicio del trabajo, transitaba por Virgo en I (14º47’) haciendo un nonil casi partil a
Urano (4º58 Escorpio, orbe 9’ ),
desplegando la originalidad de las nuevas propuestas.
En
1540, un discípulo de Copérnico, Georg Rhéticus (16/2/ 1514, Felderkirch,
Austria, hora desconocida), a quien el maestro le había confiado el manuscrito
de “De Revolutionis”, publica la célebre “Narratio Prima” “una serie de
consideraciones astrológicas acerca de la caída del Imperio Romano, el
nacimiento del Imperio Musulmán y la segunda venida de Cristo, contiene una
límpida exposición de la cosmología copernicana”[7]
El
ASP (16º51’ Escorpio) estaba en el partil del reptil con el SCG(25º22’ Virgo,
orbe 4’ ) y
además, aspectaba con un nonil al Ápex (25º40’ Sagitario), mostrando la base
arquetípica para la amplia difusión de la obra copernicana.
Rheticus, había nacido por su parte, con la conjunción del Ápex
(25º40’Sagitario) a Marte- Plutón(25º14’,27º30’ Sagitario, orbes 26’ y 1º50’), pudiendo ser la
punta de lanza (Marte-Plutón, Sagitario) para la irrupción de la nueva idea
(Ápex).
A
fines de mayo de 1543 se publica finalmente “De Revolutionis” con el mismo
aspecto de septil (orbe 32’ )
y previo, el 24 de ese mismo mes fallece
el mismo Copérnico, siendo la publicación póstuma. El Sol PS (8º37’
Capricornio) en la casa V, hacía un nonil, como en el “Comentariolus” pero esta
vez a Neptuno en III (18º9’ Escorpio, orbe 29’ ), a la vez que el ASP hacía conjunción con
este planeta (17º21’ Escorpio). De esta forma coagulaba su obra en forma
definitiva (Sol en Capricornio en V), comenzando la difusión de la ideas (III)
y la disolución del modelo cosmológico (Neptuno-Escorpio), incitando a la
discusión general del mismo (ASP en III), coincidiendo con su muerte (Neptuno
regente de VIII).
Nos
queda observar el impacto causado en el medio, las defensas y los ataques y
mejoras a su sistema. Esto lo empezaremos a desarrollar en la tercera parte de este artículo.
[1] Citado en Vernet
J., Astrología y Astronomía en el
Renacimiento, El Acantilado, Barcelona, 2000, pag. 92
[6] Al lector interesado lo
remito a mi trabajo del 2004/ 09, “Los Puntos Galácticos, El Eón de Piscis y el
Cristianismo” en donde podrá encontrar
másejemplos de este accionar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario