La segunda línea
dice: “Uno se siente desazonado junto al vino y los víveres. Acaba de llegar el
hombre de las rodilleras escarlatas. Es propicio ofrendar sacrificios. Partir
trae desventura. Ningún defecto.” (11)
El comentario sugiere esta vez que
la desazón proviene del interior ya que exteriormente todo va bien, pero el
individuo “se siente agotado por las trivialidades de la vida, de la que no
parece haber escapatoria.” (12)