El
Mito Solar y el Proceso de Individuación (1º Parte)
Introducción:
La importancia del
simbolismo solar en la
Mitología y en la Astrología está fuera de toda discusión y no necesita ser demostrada. Sin embargo a
pesar de su importancia como luminaria en la Astrología , no cuneta
con una técnica propia para mostrar la evolución psíquica a largo plazo de uno
de los significados en los que mito y Astrología confluyen: la finalidad vital,
el sentido teleológico o finalista de la existencia y del desarrollo de la Conciencia , iluminando
e integrando las áreas nocturnas del Inconsciente, proceso que Jung, en el
campo psicológico, denominó
Individuación.
De esta forma, el Sol sería como un
pequeño mandala, el vehículo a través del cual el Sí Mismo, como Gran
Mandala, expresaría la finalidad
vital . Este vínculo no es arbitrario, la misma relación guarda para
Jung el arquetipo del héroe solar- el
paso del mito cosmogónico al ser humano- con el arquetipo del Sí- Mismo, siendo
su manifestación y su tarea la de combatir e iluminar el lado oscuro de la
personalidad para alcanzar la realización. El tan trillado ejemplo, pero
siempre efectivo, del héroe solar Hércules en sus doce trabajos para alcanzar
su estatura divina en la apoteosis olímpica.
Sin embargo, volviendo al ciclo Sol-Luna
progresado, más allá de su efectividad, el eje de cambio está puesto en la Luna , y el Sol puede llegar a
progresar a lo sumo tres o cuatro signos zodiacales, con lo cual la tarea
heroica simbolizada por el mito queda incompleta. Según la afinidad por
elemento, o el aspecto realizado entre el vehículo de la emoción inconsciente,
motor del proceso (Luna) y la conciencia solar, dependerá la capacidad de
integración o de resistencia a la misma. Por lo tanto la finalidad vital
solar podría verse impedida, además de las limitaciones en su circunvalar.
El ciclo anual es demasiado efímero para
encontrar resultados tangibles permanentes, dada la lentitud de los procesos
psíquicos interiores, quedando en meras aspiraciones. De esta forma la
astrología solar encuentra que, en forma
paradojal, para mostrar estos procesos
evolutivos se recurre a los ciclos de los planetas exteriores que y también a
progresiones simbólicas del Ascendente, vehículo del yo consciente individual.
( como en el caso de la
Pro-Luna , etc.).
Sin dudar de su validez y aplicación para otros tópicos, esto nos
podría mostrar, en el caso del Ascendente, el predominio en Occidente del
centramiento del yo en la cabeza (Aries- Asc.), lejos de nuestro tradicional
símbolo del Centro: el Corazón (Sol-Leo) y que una de las imágenes religiosas
compensadoras de este desfasaje: el Sagrado Corazón fuera iniciado en el siglo
XVII, siglo en el que esta división
cartesiana del mundo se estableciera (Descartes es, coincidencia
significativa, nativo de Aries).
Dada esta imposición cultural, Jung
plantea la dificultad del Proceso de Individuación, siguiendo a los alquimistas
(quienes sufrieron otro tipo de imposición cultural) como un “opus contra
natura”. Sólo si la cabeza-ascendente en su circunvalar se aúna al corazón-sol
(exaltación en Aries, I) interpretando y siendo su heraldo en el mundo, es que
el Asc. se puede transformar en vehículo para la individuación, la des-integración
habitual entre ambas lleva a que el yo se dedique a su propios motivos egoístas
(Marte- Aries), lo cual está en exacta oposición a los propósitos
individuatorios.
De
esta necesidad de encontrar algún vínculo entre el mito solar- heroico, el
proceso de Individuación y una posible traducción astrológica significativa,
surge este pequeño trabajo. Aquí intento explorar los basamentos míticos
generales, la interpretación moderna de Jung y la factibilidad de la aplicación
en una técnica astrológica. (sigue en la segunda parte)
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