domingo, 10 de abril de 2011

El Ciclo de Urano-Neptuno, el Puer Aeternus y la Utopia (continuación de Utopías del Renacimiento) 4º Parte





 Puer Aeternus y Utopía:

                                                Las consecuencias de este giro dramático en el Cristianismo primitivo y su conversión, nos muestran aspectos interesantes para el estudio de las Utopías.

    Como habíamos señalado al principio, Moro intentaba retornar a las fuentes de ese humanismo evangélico. Al convertirse en religión oficial dejó de ser el modelo alternativo, para servir a los intereses del Estado.

    No es casual que se estableciera, en forma paralela, un movimiento de crítica al mundo corporizado por el monaquismo. Éste comenzó con individuos aislados entre el 250 y el 270, tal es el caso de Antonio. Hacia principios del siglo IV, algunos anacoretas se reunían en torno a un maestro sin llevar, por ello, una vida comunitaria.
Hacia el 323 un antiguo centurión, Pacomio, estableció un nuevo tipo de monasterio con una vida en común y siguiendo una regla. Entre el 325 y el 400, luego del Concilio de Nicea, el monaquismo se extendió por todo el imperio, mostrando reacción al nuevo “cristianismo” de Constantino. Por ello se lo considera un movimiento utópico dentro del Cristianismo. “La postura monástica- explica Jacques Le Goff- con su rechazo del mundo, originaría y crearía, como lo demostró recientemente Jean Seguy, una dimensión utópica en el interior de la Iglesia” (23).

    Reencontramos la llamada introversión en el fenómeno monástico. La Iglesia primitiva había dado un giro hacia el opuesto, enantiodromía, como señala Charles Peguy: “Todo comienza en misticismo. Todo termina en política”. El cielo refleja el cambio de ciclo con el paso del comunal y femenino Cáncer, al solar y heroico Leo. La reacción monástica hacia el opuesto de la “opulencia del mundo” lo lleva al desierto saturnino, a una vida ascética y comunitaria ( Saturno como regente de Acuario).

    Jesús es considerado en la psicología junguiana como el Puer Aeternus, el dios joven que muere y resucita vinculado a la Gran Madre arquetípica y sus valores matriarcales (Cáncer). De allí también en las Utopías posteriores la importancia de la ciudad, dado su vinculación a este arquetipo materno.

    El Puer en el plano psicológico se caracteriza por ser una personalidad con intensas aspiraciones espirituales y una búsqueda por superar todo lo vulgar y terrenal. Aspira a reformar el mundo y a desplegar sus facultades creativas, pero choca con las estructuras temporales de su par opuesto: el Senex- Saturno, que le impone las limitaciones ya sea desde su propia estructura corporal o desde el mundo externo.  En el trabajo que presenté en el Congreso de Madrid 2001 (El Puer Aeternus y la Personalidad Creativa), demostré la vinculación astrológica de esta personalidad con los llamados signos dobles (por la búsqueda y la necesidad de cambio constante), la presencia de signos fijos ( Leo-Acuario: aspectos contestatarios, creativos, etc; Tauro-Escorpio: Vida-Muerte-Renacimiento), una fuerte posición de la Luna (dado el complejo materno en todas sus facetas) y la debilidad de los cardinales (dada la dificultad para  luchar y sostener su proyecto en el mundo) 

    En la supuesta o mejor dicho arquetípica carta del 27/5/ 6 AC, tenemos ocho signos comunes, uno fijo y uno cardinal (Venus en Cáncer, ligada a la Gran Madre y la Luna en Tauro, en disposición mutua). Psicológicamente el Puer, dado su rechazo e inadaptación a la Conciencia Colectiva, tiene afinidad con la predisposición introvertida. Su contrapartida el Senex-Saturno es el que carga con la función extrovertida de la tradición cultural. Al asumir esa función el Puer en muchos casos se deforma endureciéndose y mostrando el mismo abuso que quiso combatir. Esto nos explica el lado oscuro de las estructuras utópicas y su deformación totalitaria. Desde otro punto de vista el no asumir el lado Senex, nos hace comprender el fracaso en la adaptación exterior en la materialización de la Utopía.

    Por otro lado la adherencia del Puer a la Madre se traslada a la Ciudad en las Utopías las cuales nutren a sus ciudadanos que son sus hijos, pero también en su faceta negativa, pueden estancar su desarrollo.

  La Ciudad de Dios


    El símbolo de Cristo, como ya lo demostró Jung, inaugura el paso de la era de Aries (sacrificio del Cordero) a la de Piscis, con su idea de redención y retorno a los valores acuáticos maternales.

    Pero la dinámica de los ciclos nos muestra, en el cambio a Leo y a la figura mesiánica del guerrero de la era de Aries, el retorno de la Iglesia a los valores del Patriarcado. Aunque para la tradición astrológica Neptuno se exalte en Leo, puede provocar , en su faceta negativa lo observado en la corte imperial de Constantino: la fascinación por el poder, la riqueza y la inflación del ego solar. El paso de Urano por Leo significa la caída de los impulsos revolucionarios, de la esperanza utópica y de la libertad del individuo que San Agustín en su Ciudad de Dios (el otro antecedente de la Utopía de Moro) terminará de dar forma teológica.

    San Agustín escribe esta obra  monumental, la primer filosofía de la historia, en respuesta a las críticas al Cristianismo por el saqueo de Roma por los visigodos en agosto del 410. Los romanos sostenían que esto había ocurrido debido a que habían perdido la protección de sus dioses. La respuesta de San Agustín, en la obra iniciada en el 412 y terminada en el 426,  fue que las ciudades terrenales sometidas a la vanitas(Vanidad), son temporales y están sujetas al fin, que sólo interesa la ciudad celestial, eterna donde se lleva a cabo la regeneración espiritual. Coloca el origen de estas dos ciudades en los hermanos rivales: Caín y Abel y de allí los traslada a lo largo de la historia hasta su tiempo, cobrando ésta sentido dada la lucha de sus descendientes espirituales y los objetivos contrarios de condenación y salvación.

     Agustín de Hipona- Souk Ahras en Argelia en la actualidad-  nació  el 13/11/354, 6 PM. Tenía ascendente en Géminis coincidiendo con sus dos ciudades y el mitema de los hermanos rivales. Mercurio, su regente, estaba en Escorpio conjunto al Sol (VI) en trígono a Plutón en Piscis (XI), éste en quintil a Neptuno en Capricornio (VIII).  En el mundo terrenal, los descendientes de Abel,  son peregrinos en la tierra en marcha hacia la salvación debiendo evitar las tentaciones del mal (Mercurio sextil Neptuno en Capricornio VIII). Como en la carta del 403 AC, en la cual vimos este tema proyectado sobre Atenas y  la Atlántida, los nuevos atlantes dedicados a la vanidad y la concuspicencia del  mundo serán los condenados por  la eternidad (Mercurio-Sol  trígono Plutón en Piscis, éste a su vez en cuadratura con Saturno disociada en Cáncer). Agustín le da un nuevo tratamiento a esta representación del mal arquetípica: el pecado original de los Padres: Adán y Eva, se transmite de generación en generación por el acto sexual. Sólo unos pocos predestinados están salvos, los demás dependen de la gracia de Dios mediatizada por la Iglesia. Por lo tanto recae en la Madre Iglesia  asociada al Estado (Casa IX en Capricornio, Acuario en la X) encarnada en su filosofía  (regente Saturno en Cáncer en I, ) que defendió en acalorados debates (Saturno biquintil Sol, regente de III cuadratura Marte conjunción Júpiter en Leo) la responsabilidad de cuidar y llevar por la senda correcta a los pecadores y herejes. Para ello,  amparándose en Lucas 14,23 “oblígales a venir”, se convierte en el “ teórico de la persecución, y sus defensas serían las mismas en las que se apoyaron todos los argumentos de la Inquisición.” (24)
   
    Él modificó el concepto hasta ese momento sostenido por la ortodoxia, al hereje no debía expulsárselo sino obligarlo a retractarse y someterse, y si no aceptaba destruirle. (Saturno en I Cáncer cuadratura Plutón en Piscis en XI).

    Jung en sus Tipos Psicológicos le dedica un párrafo interesante: “La experiencia, por Tertuliano hondamente sentida, de que el hombre ni después del bautismo puede evitar el pecado, adquirió en San Agustín (...) la forma de la doctrina pesimista del pecado original, cuya esencia reside en la concuspicencia heredada de Adán. Frente al hecho del pecado original pone San Agustín la gracia redentora de Dos con la institución de la Iglesia por ella creada que administra los medios de salvación. En esta concepción se sitúa el valor del hombre en un nivel de gran inferioridad. En realidad sólo es una abyecta y desdichada criatura a merced del demonio, a la que sólo la Iglesia- único poder capaz de proporcionar la bienaventuranza- puede hacer partícipe de la gracia divina. Con ello no sólo queda rebajado el valor del hombre, sino que también se rebaja, más o menos, su libertad moral y su autodeterminación, con lo que, ciertamente, se incrementa tanto más el valor y la significación de la idea de la Iglesia, lo que respondía perfectamente al programa propuesto en la Civitas Dei(Ciudad de Dios) agustiniana.” (25) 

    Este comentario de Jung nos da la pauta de que en realidad la Ciudad de Dios y su programa avasallador  de la conciencia del individuo es similar a las propuestas literarias antiutópicas, siendo  su antecedente y la primera de ellas. En el plano astrológico Urano y su libertad individual es desplazado por el arrasador poder del Estado- Iglesia (Capricornio en IX de San Agustín) y su aparato controlador (Plutón-Saturno) masificando al individuo (Neptuno)

    Es interesante notar que en agosto del 410, el saqueo de Roma que motivó su escritura, Plutón (22,50) estaba en conjunción a Neptuno (21,56) y Saturno (19º) en Tauro haciendo oposición al Sol natal en Escorpio de Agustín, aspecto (Neptuno- Plutón) que permanece cuando comienza a escribirla.
Esta conjunción tendrá una gran importancia en una de los escritores antiutópicos más importantes: Aldous Huxley (26/7/1894, Goldaming, England, 12 PM) y su Mundo Feliz (entre otras obras del mismo género) y en la mayoría de los antiutópicos concretos del sistema nazi, incluyendo a Adolf Hitler ( 20/4/1889, Braunau, Austria, 6, 30PM), ambos la tenían en casa VIII en Géminis, Huxley en conjunción al ascendente de San Agustín y trígono a Saturno en Libra en XII; Hitler , Saturno en X en Leo en quintil a la conjunción.

    También es interesante notar que la conjunción de Plutón-Neptuno (partil 1/7/411, 23,20 de Tauro), se opone a la conjunción natal de Urano-Neptuno en Escorpio de Tomás Moro, siendo su modelo su antagónico, de la misma forma que había complementado el modelo de la República de Platón observada en la conjunción del 403 AC.

Algunas reflexiones finales


                                            Al principio de la exposición vinculamos, en el sistema fijo, a las Utopías con Acuario y Piscis, y en su parte dinámica al ciclo de sus dos regentes: Urano y Neptuno. El paso de la conjunción por los signos opuestos debería tener un efecto negativo para este tipo de movimientos. En la primera conjunción de Leo  lo observamos en Constantino y en la segunda, en el 452, los efectos de la Ciudad de Dios evidenciados también en el desarrollo del Césaropapismo.

    El ciclo en Virgo (623- 964) parece confirmarlo. El historiador Morris Berman en su obra Cuerpo y Espíritu,  ha denominado a la tendencia introvertida como movimiento somático ascensional a diferencia de la extrovertida horizontal. Pudimos corroborar la relación entre la tendencia introvertida y los movimientos utópicos.

    Berman, en su estudio observa cinco movimientos de estas características: el Cristianismo Primitivo, el Gnosticismo, el Catarismo, el Renacimiento y ya en el siglo XX en su faceta oscura (la cruz torcida lo llama) el Nazismo.

    El Cristianismo ha sido el único triunfante merced a cambio operado en la tendencia y en la habilidad de incluir a los introvertidos en su seno (Movimientos monacales).

    Luego de derrotar al Gnosticismo, estos movimientos estuvieron latentes, señala Berman, hasta el siglo XI y XII. “Como ha escrito Paul Johnson, en los siglos intermedios, la Iglesia estuvo contenida dentro del capullo de la tradición autoritaria de San Agustín” (26)

    Dada la extensión del trabajo, no podemos tratar en profundidad esto, pero podemos señalar que el movimiento Cátaro se rastrea en el país de Oc, al sur de Francia, a partir del año 1000 aproximadamente, y con él la mitología del Amor y del culto a la Dama. El ciclo lo refleja, en el 965 Urano y Neptuno se escapan del capullo marmóreo de Virgo y comienzan el nuevo ciclo en Libra. En la segunda conjunción de 1136, se produce un rebrote del movimiento monástico a través de San Francisco de Asís (nacido en 1181). La primera conjunción en Escorpio de 1307, preanuncia el Renacimiento –los especialistas marcan este período entre 1350 y 1600, la conjunción en Sagitario es en 1650- junto con este movimiento viene también de Oriente, por la ruta de seda, la peste negra que afectó en primer lugar a la cuna del Renacimiento: Italia.  Muerte para llegar a la otra faceta escorpiana de la  Transformación en la segunda y tercera de 1478 y 1479[1]. En el combate arquetípico entre el águila y el león del 2º Esdras, es ahora el águila renacida quien combate al poder leonino de la Iglesia de Constantino- Agustín.

    Los utopistas posteriores recogen en realidad esta larga tradición, que comienza  con la tradición mítica de la Edad Dorada y continúa con La República de Platón, el Cristianismo Primitivo y el mito escatológico judeocristiano, el Gnosticismo, el Maniqueísmo, la tradición Cátara y los magos Renacentistas que representan el tipo psicológico introvertido. Pero la vida es dinámica y el equilibrio se mantiene si permanecen ambas modalidades en un símbolo de conjunción.

    Pero balancear estas tendencias en la psique colectiva es mucho más difícil, por eso  “el misticismo termina en política” como señala Peguy. Es curiosa la relación de esta frase con el momento aproximado de la crucifixión de Jesús (hacia el 28), dado que se produce oposición entre Urano en Cáncer y Neptuno en Capricornio.  De la misma forma que en Francis Bacon, quien tenía la misma  oposición, se exaltó Urano en Escorpio (IX) dando lugar al nuevo conocimiento científico racional- preanunciando la era de Acuario-  la posición de Neptuno anuncia el comienzo de la era de Piscis y el eón Cristiano, pero el misticismo (Neptuno) degeneró en política (Capricornio). De igual modo, la ciencia derivó en un cientificismo que ejerciendo un poder descontrolado (Urano en Escorpio de Bacon) sobre la Naturaleza (Neptuno en Tauro), destruyéndola y manipulándola, haciendo realidad la famosa frase del utopista inglés: “el conocimiento es poder”.

    Ambas corrientes místico (introvertidas) y científicas (extrovertidas) son las que estarán presentes en las Utopías  del Renacimiento y las posteriores, ya sea en su forma secular o las que incluyan el elemento religioso.

    Pero la Utopía renacentista marca el proceso de secularización de los impulsos introvertidos, de allí en adelante, como ocurre en la Ciencia, los impulsos místicos neptunianos ( tal como se vislumbra en Bacon) son desplazados al Inconsciente. La Ciudad Divina (También la faceta negativa de la Ciudad de Dios) es reemplazada por la Ciudad del Hombre. Pero los mitos y las fuerzas arquetípicas no han sido anuladas, subsisten en nuevas formas y en nuevos ropajes, alejándose  progresivamente del núcleo original , como en la Edad Dorada, para materializarse y , en algunos casos degradarse, en nuevas vestiduras políticas, científicas y sociales.                                       

    Para ejemplificar esto tenemos al creador del socialismo científico, reemplazando al socialismo utópico, Karl Marx (5/5/1818, 2,00 AM, Treves Prusia), quien tenía la conjunción Urano- Neptuno en X en Sagitario, y el ascendente Acuario con Piscis interceptado. Saturno en I en Piscis cuadraba a Urano y Plutón en Piscis  cuadrado a Neptuno. Plutón está en conjunción al de San Agustín, quizás podríamos asociar  esta posición  , junto con la  disposición mutua de  Júpiter en Capricornio y Saturno en Piscis, a su idea de dictadura del proletariado, hasta llegar a la disolución pisciana en una sociedad sin clases, pero Saturno y Plutón conspiraron originando una nueva cúpula de poder.

    Eliade confirma estas deducciones desde el basamento mítico arquetípico propuesto. El historiador rumano nos plantea que la sociedad sin clases de Marx y la desaparición de las tensiones históricas encuentran su precedente en el mito de la Edad Dorada. “Marx ha enriquecido este mito venerable con toda una ideología mesiánica judeocristiana:  por una parte, el papel profético y la función soteriológica que concede al proletariado; por otra, la lucha final entre el Bien y el Mal, que puede fácilmente en relación con el conflicto arquetípico entre Cristo y el Anticristo, seguido de la definitiva victoria del primero” (27)

     Para concluir, se pudo demostrar la relación de los movimientos utópicos renacentistas, como así también de los posteriores, y sus antecedentes míticos, filosóficos y religiosos con los signos de Acuario y Piscis, en su parte fija, y en la dinámica con el ciclo de Urano-Neptuno en los distintos movimientos y formas. El aspecto negativo, la antiutopía, está  más representada por Plutón, el sustrato mítico de la Edad Dorada (en su faceta oscura), que incluye a Saturno y Virgo, pero también asociados a las facetas sombrías de Neptuno y Urano. Desde el punto de vista psicológico junguiano se vinculan con la personalidad introvertida y el par arquetípico Puer-Senex.


 Citas Bibliográficas

                                
1)    Campanella Tomasso, Ciudad del Sol, en Utopías del Renacimiento, F.C.E., México, 1995, pag. 195
2)    Vallejo Girvés M., Tierras Fabulosas de la Antigüedad, Universidad de Alcalá, España , 1994, pag. 363.
3)    Eliade M., El Mito del Eterno Retorno, Planeta Agostini, España, 1984, pag. 123 y sig.
4)    Vallejo Girvés, loc. Cit., pag. 364
5)    Eliade M. , loc. Cit, pag. 124
6)    Helden R. ,  Los Sabios de Oriente, Astrología n° 67, CABA
7)    Historia de las Religiones, tomo 5 (obra colectiva), siglo XXI, México, 1986, pag. 235-236.
8)    Droz G., Los Mitos Platónicos, Labor 1993, España, pag.128
9)    Ibid., pag. 132
10)       Pagels E., Los Evangelios Gnósticos, Grijalbo, México 1988, pag. 154
11)       Ibid. pag. 155
12)       Ibid. pag. 155
13)       Testimonio de la Verdad en Pagels, loc.cit., pag. 161
14)       Ibid., pag. 157
15)       Kee A., Constantino contra Cristo, Martinez Roca, Barcelona, 1990, pag. 145
16)       Eliade M., loc. cit., pag. 117
17)       Vallejo Girvés, loc. cit., pag. 368-369
18)       Historia de las Religiones, loc. cit., pag. 486
19)       Pagels E., Adán, Eva y la Serpiente, Crítica, Barcelona, 1990, pag. 133
20)       Kee, loc. cit., pag. 159
21)       Ibid., pag. 158
22)       Ibid. pag. 162
23)       Historia de las Religiones, tomo 7 (obra colectiva), Siglo XXI,
México, pag. 80.
24)       Johnson P., Historia del Cristianismo, Vergara, Buenos Aires, 1989, pag. 138
25)       Jung C. G., Tipos Psicológicos, Sudamericana, Bs. As., pag. 32-33
26)       Bermann M., Cuerpo y Espíritu, 4 Vientos, Chile 1992, pag. 167
27)       Eliade M, Mito y Realidad, Ed. Guadarrama, España, 1973, pag. 202.
    
  

 Bibliografía General


1)     Eliade M., Historia de las Creencias y de las Ideas Religiosas, tomos II y III., Cristiandad, Madrid, 1983.
2)     Burckhardt J., Del paganismo al cristianismo, FCE, México, 1996.
3)     Agustín S., La Ciudad de Dios, Club de Lectores, Bs. As., 1989.


[1] Es interesante notar que en el siglo XX ante la en ese momento endurecida sociedad victoriana y la también alejada sociedad utópica de Estados Unidos, Freud (6/6/1856,Freiburg, 6,30 PM) el padre del psicoanálisis, desde su ascendente en Escorpio le comenta a Jung en su primer viaje al continente americano para difundir su obra: “le venimos a traer la peste”. En  Septiembre 1908 Urano en Capricornio y Neptuno en Cáncer, la difundían desde su  eje III-IX.

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