viernes, 22 de abril de 2011

MARCILIO FICINO, Y LOS FURORES DIVINO.: Eros y Magia: Escorpio y el sentido de la Vista (1º parte)



Versión corregida del trabajo presentado en el Congreso de Gea 2006



MARCILIO FICINO, LA VISTA Y LOS FURORES DIVINOS

 Introducción:
              
                      Marcilio Ficino(1433-1499) es conocido por ser el traductor de las obras de Platón, Jámblico,
 Plotino y de la mayoría de los neoplatónicos, como así también de los textos herméticos: “Pymandres” y
  “Corpus Hermeticum”, imbuídos de Magia y Astrología. Fue el fundador de la Academia Florentina que
 generara el renacimiento filosófico en Occidente empezando a romper la hegemonía de la Iglesia ejercida 
por mil años.

                     En mi trabajo “Los Puntos Galácticos, El Eón de Piscis y el Cristianismo” (Ibérico, 2009) dividí 
al Eón de Piscis en 12 períodos de 178 años aproximadamente, correspondiendo al Mandala de Piscis que
 gobierna al Eón.(Piscis en I como referencia) El Renacimiento para los estudiosos comienza hacia el 1350,
 en el período de Libra (VIII del Mandala; 1260,5-1439,64)), en el cual resurgen (VIII) los conocimientos 
clásicos  y las artes, en especial las letras, la pintura y la arquitectura y un nuevo ideal de hombre que 
conformará el humanismo, provocando la ruptura con el modelo cristiano. En 1439 comienza el período 
Escorpio (IX), es en ese año que Plethon, quien había asistido al Concilio de Ferrara de 1439, intentando 
la reunificación de las iglesias de Oriente y Occidente, fuera quien expusiera por primera vez las ideas de 
Platón en el Occidente luego de su larga ausencia sepultada por la escolástica aristotélica-tomista. A estas
 conferencias asistió Cósme de Medicis, el mecenas e impulsor de Marcilio Ficino y la Academia Florentina.
  El historiador Jacob Burckhardt, creador del concepto de Renacimiento, le otorga a este hecho una 
importancia fundamental :”la gloria de haber reconocido en la filosofía platónica el más hermosos brote de
 pensamiento antiguo, infundiendo esta convicción en torno suyo , e impulsando de esta suerte, dentro del 
humanismo, un segundo y más alto Renacimiento de la Antigüedad”[1].

     Burckhardt expresa la vivencia arquetípica del cambio de primer renacimiento en Libra a este segundo
 en Escorpio en 1439.( transformación filosófica, Escorpio en IX). Este cambio nos muestra la base arque- 
típica, el llamado  “espíritu de la época” para la filosofía en donde se desplegarán las ideas que surgirán en 
cada período. En este caso, el de Escorpio,  por lo cual  los símbolos surgentes tendrán relación con este 
arquetipo si esta concepción fuese correcta.

    En Ficino desarrollaremos su estudio de los furores divinos, su relación con el sentido de la vista, la 
sexualidad y la magia, estos últimos temas vinculados a Escorpio, aunque el primero no lo sea en forma 
clara. Desde el punto de vista junguiano, el último ( magia)  expresaría el lado introvertido del símbolo, como 
lo es la sexualidad  del lado extrovertido, pero siendo el “espíritu de la época” debería  mostrarse otra 
faceta en la que encontremos una relación más directa con el sentido visual, atribuido tradicionalmente a las
 dos luminarias Sol y Luna, los ojos del Cielo. Su posible vinculación, desde el punto de vista arquetípico,
 quizás nos daría una mayor comprensión del símbolo de Escorpio y de las condiciones del mundo exterior
 en que surgen estas ideas, para ello estudiaremos el impacto del descubrimiento de la imprenta en 1440, 
en el amanecer del período de Escorpio.

   El Imperialismo de la Vista:
                                              Una circunstancia contribuyente a demoler la centralización eclesiástica es el 
descubrimiento de la imprenta por parte de Gutenberg. Su importancia ya la hace notar Francis Bacon en su
 “Novum Organum”, al iniciarse el siguiente período de Sagitario (1619): “Conviene observar  la fuerza, la 
virtud y las consecuencias de los descubrimientos, y en ninguna otra parte podrán observarse éstas con 
mayor evidencia que en aquellos tres que eran desconocidos para los antiguos (...) a saber: la imprenta, 
la pólvora y la brújula (...)de donde se han derivado innumerables cambios, de tal modo, que ningún Imperio
, secta o astro parece haber ejercido mayor poder influencia en los asuntos humanos que estos descu- 
brimientos mecánicos.”[2]

    Quien recoge  esta línea de pensamiento en el siglo XX es Marshal Mcluhan quien plantea este cambio 
como la entrada en una nueva galaxia: la “Galaxia Gutenberg”[3].
En su obra de 1962, Mcluhan señala el paso de la cultura oral de los escolásticos -iniciada en el período 
opuesto de Tauro (368- 546) con la caída de la civilización romana- a la nueva civilización visual surgida en 
el Renacimiento (Escorpio). Este autor hace un análisis interesante de este cambio, que nos muestra el lado
 más concreto del arquetipo predominante en la época, aunque hace su hincapié en el aspecto técnico 
quitándole una perspectiva más general. La imprenta para MCluhan es la “fase final de la cultura alfabética 
(...) que establecerá el predominio imperialista del sentido visual en detrimento de los demás y desencaden- 
ará en todas las actividades del hombre un proceso de abstracción y de superación; este proceso se
 manifestará , entre otras cosas, por la destribalización, la descolectivización, la individualización, el 
pensamiento lineal y secuencial, el mercado, el público, la nación , el Estado centralizado, las armas 
modernas y  por último la escisión entre el corazón y la mente, el dinero y la moral, el poder y la moralidad,
 la ciencia y el arte.”[4]
   
    Mcluhan describe el final del proceso que se inicia con el nuevo arquetipo emergente y que culminará  
con el hombre escindido del siglo XVII en el período Sagitario en X( Estado centralizado como reflejo de la 
divinidad, escisión entre mente y cuerpo, etc.)

    Lo interesante de esta descripción originada en el sentido de la vista es la coincidencia con la descripción 
que Culianu[5], desde una óptica opuesta plantea con respecto al mago renacentista del uso del sentido de 
la vista y su relación con el aspecto erótico. La relación tradicional de Escorpio con los órganos sexuales y 
la actividad erótica es bien conocida. A la cual le podríamos agregar  la tradición bíblica de donde la palabra
 conocer, de la cual proviene consciencia, se usa también para ilustrar la relación sexual (Gen. 4,1 y sig.), 
pero podríamos caer en el peligro señalado por Mcluhan  de nuestra identificación con el sentido de la vista
 como órgano de la  consciencia si lo planteamos de este modo. Sin embargo al tomar un texto tan antiguo 
referente de la cultura judeo-cristiana occidental, nos lleva a la presencia de un arquetipo atrás de él.

    En el simbolismo del Génesis la que provoca el desarrollo de la consciencia, al hacer morder la manzana 
del conocimiento es la serpiente, animal vinculado  en el sistema astrológico a Escorpio, dada su capacidad 
de regeneración (asp. positivo) o de parálisis y muerte, vinculada por Jung al aspecto negativa del arquetipo
 materno ( Luna en caída en Escorpio).  En el Tantra Yoga podemos ver los dos aspectos: sexual –conocimien- 
to enlazarse a través de la serpiente Kundalini quien anida en el chacra sexual y que asciende por la columna 
vertebral por los siete chacras hasta alcanzar la iluminación en el tercer ojo y la unión cósmica en el chackra 
coronario. Aquí Kundalini muestra su aspecto áereo espiritual, uniendo los contrarios femenino y masculino en
 el símbolo de Totalidad: la unión con la divinidad, al modo de la “complexio oppositorum”  propia del 
arquetipo escorpiano en su máximo nivel;  estaría emparentada con la serpiente emplumada Quetzalcoatl de 
América, con sus plumas en la cabeza y la cola, denotando el mismo proceso de elevación de la fuerza 
instintiva devenida en consciencia.

    Pero el proceso referido por Mcluhan parece más apropiado a lo que él plantea como el paso del estadio 
anterior al de la imprenta :”una edad tribal  oral que sería como  un “estado de la naturaleza rousseauniano en
que los sentidos se entienden armónicamente entre sí”[6] Esta descripción parece coincidir más con el estadio
 del paríso adánico y su posterior expulsión  que con la perfección de la iluminación del “tercer ojo” tántrico.
 En el plano del símbolo parece denotar más el combate entre la serpiente ctónica y femenina con el otro
 animal de Escorpio, el águila, el ave celestial de Zeus, mostrando la victoria de este principio sobre el 
primero y no una integración como en el caso del Tantra. Como antecedente mítico nos encontramos que en la
 Ilíada, durante el asedio de Troya, a los griegos se les aparece un águila. Zimmer comenta: “Observaron 
como el ave se elevaba lenta en el cielo, llevando en sus garras a una serpiente ensangrentada. Calcante, el
 sacerdote adivino interpretó la aparición como un buen augurio, que indicaba el triunfo de los griegos sobre
 los troyanos. El ave celestial destructora de la serpiente simbolizaba para él la victoria del orden celestial, 
masculino  y patriarcal de los griegos sobre el principio femenino de Asia y Troya”[7] O sea la lucha entre el 
matriarcado (buen salvaje de Rousseau vinculado a la madre naturaleza) y el patriarcado (águila, imperialismo
 de la vista). Por lo tanto la definición tan precisa de “imperialismo de la vista” concuerda simbólicamente con
 este animal celeste vinculado a Escorpio, cuya característica simbólica es justamente la capacidad de mirar 
fijamente al sol sin enceguecerse, por lo tanto es de naturaleza solar.
Pero también con este simbolismo solar y lunar, tendremos desde el punto de vista astrológico, dada la 
relación con ambos ojos,  el vínculo de la visión con el símbolo de Escorpio, el ojo derecho solar con el
 águila, el izquierdo lunar con la serpiente cuya mirada es también, desde la tradición simbólica, fascinante y
 hechizante.

    Volviendo al águila, esta ave, coincidencia significativa, es el emblema de las legiones romanas, hitlerianas 
y americanas. Dentro del contexto cristiano es el símbolo de San Juan evangelista y a veces en el medioevo
 se lo identifica con Cristo mismo, dada la asociación de a los cielos y la realeza. Chevalier considera este 
vínculo como “una transposición del símbolo romano que será también del Sacro Imperio Romano medieval”[8]
Angelus Silesius ilustra su aspecto positivo : “el águila mira sin temor cara al sol y a ti resplandor eterno, si tu 
corazón es puro”. La naturaleza solar vinculada al corazón es la que permite la unión de los opuestos: la
 cabeza y el corazón separados desde la concepción de MCluhan.

    El águila, como ave rapaz, en su aspecto oscura está vinculado al poder imperial, símbolo de orgullo y
opresión. Por lo tanto es la perversión del poder, la corrupción de la naturaleza solar, la separación de la vista
 y el corazón, ahora ávida de objetivos egoístas; el individualismo (Marte reg. de Escorpio) sobre el interés 
general , destribalización  para Mcluhan (Luna, vida tribal, caída en Escorpio). Estas también denota las 
características que Frances Yates[9]  ve en la inflación del Mago Renacentista pero también, en el aspecto
 extrovertido, a los gobernantes y papas de este período.

    Erasmo de Rótterdam (26/10/1466) nativo de Escorpio, hombre clave de este período anticipando la
 Reforma de otro escorpiano: Lutero (10/11/1483), hará resaltar estos aspectos negativos del símbolo en es 
período: “El águila es la imagen del rey , ni bella, ni musical, ni apropiada para comer, pero sí carnívora, rapaz,
 una bandolera, una destructora, solitaria, odiada por todos, una peste...¿Acaso las ciudades nobles, no fueron
 levantadas por le pueblo y destruídas por los príncipes? ¿Acaso un estado no se enriquece por la
 laboriosidad de sus ciudadanos , y sufre el saqueo a causa de la codicia de sus gobernantes? ¿Acaso las 
leyes buenas no son sancionadas por los representantes del pueblo y viladas por los reyes?¿ No puede
 afirmarse que la comunidad ama a la gnete mientras los monarcas planean la guerra?”[10]

    Podemos observar la coincidencia del “imperialismo visual” de Mcluhamn resaltado en la aparición de la
 imprenta con el simbolismo del águila escorpiana aplicado  a la perversión del poder político señalado por 
Erasmo. Pero aún nos queda aclarar el aspecto introvertido del sentido de la vista, su vinculación con el eros
 y la magia lo cual nos lleva a Marcillo Ficino.


[1] Burckhardt J., La Cultura del Renacimiento en Italia, Obras Maestras, Barcelona, 1946, pag. 189.
[2] Debus A.., El Hombre y la Naturaleza en el Renacimiento, F.C.E., México, 1985, pag. 15.
[3] Desde el punto de vista de los puntos galácticos sería más apropiado llamarla “El Super Centro Galáctico
 Gutenberg,” dado que coincide con el aspecto creativo de semiquintil del Ascendente Simbólico Precesional
 (ASP) en Escorpio (0º) que recorre el mandala del Eón de Piscis en sus 2154 años de duración, con el Super 
Centro Galáctico en Virgo (23º55’)
[4] Para Comprender a Mcluhan, Morin E., en Análisis de Mcluhan, España, 1982, pag. 36
[5] Culianu, Eros y magia en el Renacimiento, Ed Siruela, Madrid, 1999.
[6] Morin, en loc. Cit., pag. 36
[7] Zimmer H., Mitos y Símbolos de la India, Ed. Siruela, Madrid, 1995, pag. 78

[8] Chevalier, Diccionario de Símbolos, Herder, Barcelona, 1988, pag. 60
[9] Yates F., La Filosofía Oculta en la época Isabelina, F.C.E., México, 1982
[10] Erasmo, citado en Johnson  P., La Historia del Cristianismo, Vergara , Bs. As., 1989, pag. 317

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