La montaña como ombligo y
punto cosmogónico de la creación
Eliade (8)
señala: "la cima de la montaña cósmica no sólo es el punto más alto de la
tierra; es también el ombligo de la tierra, el punto donde la creación
comenzó". De allí también la asocia ción con la región umbilical en las
distintas denominaciones de las montañas sagradas.
El Dr. Kramer, citado por Campbell(2), en sus investigaciones sobre las tablillas
sumerias encontró que el Cielo y la Tierra se representaban con el símbolo
único de una montana cósmica, cuya base era el fondo de la tierra y su cima el
cenit del cielo. La parte inferior, la Tierra (Ki) era femenina y la superior, el
Cielo (An), masculina, denotando la naturaleza doble original en todo memento
cosmogónico primordial, antes de la diferenciaci6n, "in illo tempore".
En la tradici6n budista, comenta Eliade,
"la creación parte de una cima, es decir de un punto que es a la vez
central y trascendente". Apenas nacido el Bodhisattva planta sus pies de
plano en el suelo y vuelto hacia el Norte, da siete zancadas, alcanza el polo y
exclama: 'Yo soy quien está en la cima del mundo, yo soy el primogénito del mundo'
(Majjhimanikaya, III,123). En efecto, al alcanzar la cima cósmica, Buda
se convierte en contemporáneo del comienzo del mundo. De manera mágica (por el
hecho mismo de insertarse en el "centro" de donde nació el Universo
entero) Buda ha abolido el tiempo y la creación y se encuentra en el instante
atemporal que precede a la cosmogonía (6)
A partir de la montana se derivaría la
creación del mundo -y también la creaci6n del hombre-. En la tradici6n mesopotámica
el hombre fue moldeado en el "ombligo de la tierra". El 'hombre
primordial, Gayomard, y el buey primordial, son creados por Ormuz en el centro
del mundo. En China, según el Chuowen, la montaña es "la productora de los
diez mil seres" (5)
Yomá, citado por Eliade (6)
afirma:"El mundo fue creado a partir de Sión". Para la tradición kabalista el Adán primordial fue hecho del
polvo del Monte Sión, ubicado en el centro del mundo. Según una tradidón siria éste estaba establecido en una montaña más
alta que las otras. En el libro del mismo origen La Caverna de los Tesoros se halla una variante de la leyenda
cristiana señalada más arriba: Adán fue creado en el centro de la tierra, en el
lugar mismo donde debía levantarse más
tarde Ia cruz de Jesús, redimiéndolo su sangre. Este Adán primordial es según
el Midrasch Bereshit Raba, hermafrodita.
Dada la primordialidad del paraíso este Adán,
como el dios primordial Anki están “in
illo tempore", fuera de la manifestación. Hay una coincidencia interesante
entre ambos: la palabra sela
traducida por costilla, de donde se crea Eva, es en realidad ladera, remitiéndonos a su origen en la
montaña de Sión.
La idea de ladera de la montana nos remite
nuevamente a China, el concepto de la polaridad primordial: Yin
(oscuro-femenino), Yang (luminoso-masculino), de donde surgirán "los diez
mil seres” en la evolución de los ideogramas que los representan, se les agregó
con posterioridad un denominador común que quiere decir "pendiente de
montana".
Primitivamente Yin quería decir "lo que
da sombra" y Yang “brillante, resplandor". Con el agregado del
clasificador Yin pasa a significar "ladera oscura, sombría, es decir el
norte de la montaña" y Yang "la ladera iluminada, resplandeciente, es
decir, hacia el sur de la montana(e)(14)
Este ultimo acercamiento, nos lleva a la
asociación que se intenta desarrollar con el símbolo de la "coincidentia oppositorum".
(e) La división según Ia
latitud coincide con el simbolismo solcistial señalado mas arriba (nota d)
La montaña como símbolo de
la "coincidentia oppositorum"
Eliade nos señala una variante de Ia "coincidentia oppositorum"
como mostrando la estructura profunda de la divinidad, la cual manifiesta
alternativamente o simultáneamente todos los opuestos de la naturaleza: luz y
oscuridad, bien y mal, manifiesta y virtual, etcétera.
La montana, en China, por un lado describe
la máxima inmovilidad, representada en el hexagrama 52 "El Aquietamiento"
del clásico confuciano: el I-Ching. Pero por otro lado sus laderas oscuras y
luminosas representan los principios dinámicos alternos de toda la existencia,
en una concepción donde "lo único inmutable es la mutaci6n" (14).
En Ia India, el monte Meru con sus siete
cielos es a la vez paraíso (cielo) y lugar habitado. En épocas posteriores donde los símbolos son
internalizados -a través de las técnicas psicofísicas del yoga y del tantra- el
eje que une Ia tierra y el cielo pasa a ser la columna vertebral y los siete
cielos (como asi también los siete planetas de las gradas del ziggurat) pasan a ser los siete chakras.
Estos siete centros seránn los escalones
donde la Shakti (principio femenino
manifiesto) ascenderá para unirse en bodas sagradas con Shiva (principio masculino trascendente)
en el chakra Sahasrara, situado en la cabeza, "Ia cima del Monte
Meru" (Sat-Cakra-Nirupana) (16)
El yogui, mediante un esfuerzo deliberado,
intenta -a través de la concentración-reunir los dos principios divinos, y alcanzar,
por medio de su práctica, el paradojal estado de jivanmukta liberado en vida.
Este estado es descripto por una parte,
"mediante imágenes de la espontaneidad pura y de la libertad": el
"jivan mukta" es un kamacarin "aquel que se mueve a
voluntad", por esta razón se dice de él que "puede volar por los aires";
por otro, a través de imágenes de inmovilidad absoluta, detención definitiva de
todo movimiento, y solidificación de toda movilidad (7).
Este estado paradojal concuerda con lo
señalado más arriba con respecto del hexagrama 52 "El Aquietamiento"
y los dos principios en permanente mutación. Además, el hexagrama contiene
indicaciones referidas a la quietud interior mediante el dominio de la espalda.
Wilhem comenta: "El signo representa el fin y comienzo de todo movimiento.
Se menciona la espalda, pues en la espalda se encuentran todos los cordones nerviosos que trasmiten el
movimiento. Cuando uno consigue que el movimiento de estos nervios espinales se
aquiete, desaparece, por así decirlo, el yo con sus inquietudes. Ahora bien,
una vez que el hombre ha logrado aquietarse así en su interior, puede dirigirse
al mundo externo. Ya no verá en él la lucha y el torbellino de los seres
individuales, y será dueño de la verdadera quietud necesaria para comprender
las grandes leyes del acontecer universal
y el modo de actuar como corresponde" (15)
Desde la calma absoluta en el interior, el
hombre, según esta concepción, puede accionar indiferente -como el jivan mukta-
al torbellino de acontecimientos en el mundo externo. Expresado simbólicamente
el sabio taoísta chino alcanza la cima de la montana Kuen Luen, es la cabeza
por donde sale al cosmos (como el chakra Sahasrara). Ha salido pero puede volver
a él, tiene el manejo de la "puerta de los dioses".
Volviendo a lo anterior, el motivo de las
bodas místicas, reintegrando la unidad, nos lleva al otro motivo planteado por Eliade
(6)
La bipolaridad de dos personalidades nacidas
de un único principio y destinadas a unirse "in illo tempore" ya sea escatológico o retornando al tiempo
primigenio vuelto a recrear, según las distintas versiones.
Siguiendo con la secuencia planteada por el I-Ching, el Hexagrama 52 es seguido
por el número 53, denominado "La Evolución" conformado por los trigrama Ken
(montaña, quietud) abajo y en la parte superior Sun (madera, viento), dando la imagen de un árbol que crece arriba
de la montana.
El hexagrama describe los pasos de la
ceremonia matrimonial que en China reeditaban las bodas entre el Cielo y la Tierra. La imagen aúna la
montaña con el árbol. Su vinculación con el culto a las diosas orientales es
bien conocida (Ishtar, Artemisa, Afrodita) y a los amados hijos de la Gran
Madre tempranamente muertos (Tammuz, Osiris, Adonis y Dionisios). Pero el árbol
aquí representado, -además de su asociación con la regeneración constante del
universo-, ocupa el centro del mundo (Kien mou – ver mas arriba).
Este vínculo muestra una diferencia con los árboles de la vida eterna o de la ciencia
del bien y el mal en el Monte Sión del Paraíso. En la concepción judeo-cristiana
comer de su fruto equivalió a la expulsión, a la salida del tiempo primordial.
En cambio en el I-Ching alcanzar la cima mediante el matrimonio es restablecer
la unión entre el cielo y la tierra, entre Ia vida constantemente regenerada (árbol)
sacralizado en un centro (montaña).
Por esta razón Campbell señala: "El matrimonio y el connubium
ritual se entendían como una reconstrucción del estado indiferenciado primigenio,
tanto en la meditación (aspecto psicológico) para la estimulación del alma como
en el acto (aspecto mágico), para la fertilización y renovación de la
naturaleza; por lo que también se iba a reconocer que hay un plano o forma de
ser donde aquel estado primigenio siempre está presente, aunque para la mente y
para el ojo parezca ser de otra manera'' (3)
De la misma forma se renovaba la vida en las
religiones mesopotámicas: por medio del hierosgamos, entre el soberano
encarnando a Dumuzi (Tammuz) y la hierodula (Innana), dado en lo alto del ziggurat. En la ceremonia se volvía al
tiempo primordial antes de la división de Anki por su hijo Enlil.
Como podemos observar tanto en China como en India y las religiones mesopotámicas
tratadas, luego de la división ocurrida "in
illo tempore" y que marca la entrada en el mundo de la temporalidad,
hay una posibilidad de regresar a ese tiempo y renovar, como en India
(yoga-tantra) y China (taoísmo) o restaurar permanentemente esta "coincidentia oppositorum".
En cambio, en el judeo-cristianismo, esta
posibilidad no es cíclica sino proyectada a un solo y definitivo momento en el
futuro. Dada la coincidencia simbólica en torno a la montaña y sus respectivos
desarrollos culturales en las distintas civilizaciones, cabe hacerse la
pregunta: el cambio de la costilla por la ladera en la traducci6n de la
palabra sela (mito de la creación de la mujer, Gen. 2, 21), ¿marca una
diferencia que se trasladará en el desarrollo del símbolo? Además: ¿Cuáles
serìan las consecuencias traducidas del
orden simbólico a lo social, de esta
diferencia?
Estas preguntas nos conducen a la segunda
parte. Aquí intentaré dar respuesta a estos interrogantes dentro del marco del
judaísmo, desde sus comienzos hasta el profeta Isaías. (continúa en la 3º parte)
3 comentarios:
Gracias Alberto por compartir y ampliar nuestros horizontes.
Beso grandote!!!
Gracias Alberto por compartir y ampliar nuestros horizontes.
Beso grandote!!!
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