------ ------ K’an, Lo Abismal, El Agua
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--------------- Chen,
Lo Suscitativo, El Trueno
El que es engendrado es Chen, el
Trueno, que en la
Iconografía budista es uno de los símbolos principales y
“significa la fuerza espiritual del estado de Buddha (iluminación,
indestructible) que sacude las realidades del mundo” (21), la ilusión que lo
mantiene alejado de las verdaderas raíces del ser.
En la historia del Príncipe Cinco
Armas, citada por CAMPBELL (22), se
cuenta el relato de un joven príncipe entrenado por un maestro (padre) que lo
instruyó en el manejo de cinco armas equivalentes a los cinco sentidos, y
armados con ellos va en busca de un ogro llamado Cabello Pegajoso, quien mataba
a todo aquel que pasaba por el bosque donde residía.
Al encontrárselo usa todas las armas
contra él sin resultado y luego él mismo usa sus propios puños, piernas y finalmente
la cabeza en el afán de vencerlo, pero queda pegado en los cabellos del ogro;
sus sentidos entrenados no servían para vencer los peligros del Inconsciente,
quedando atrapado por él, pero en el veneno está la fuente de curación, tenía
una sexto sentido, “una sexta arma, invisible y sin nombre, el trueno divino“
(tengo en el vientre, Cáncer para la Astrología , un Trueno - le dice el Príncipe), el
conocimiento del principio trascendente, que está detrás del reino fenoménico
de los nombres y formas. Entonces cambió la situación, no permaneció
atrapado sino que fue libertado: porque pudo recordar que ser era ser
libre para siempre” (23). En los nidanas
el eslabón nombre y forma corresponde a Cáncer y el Ser a Capricornio como ya
se mencionó anteriormente.
Con este relato podemos comprender
porque el Dictamen indica el elevado éxito de la obra, pero como ya se indicó
se debe obrar con cautela por que todo intento prematuro podría acarrear el
fracaso.
La imagen dice que en el caos de la
dificultad inicial están los gérmenes del orden, del nuevo Cosmos a formarse,
por ello “el noble debe estructurar y ordenar la confusa plenitud (del
Inconsciente), tal como van devanándose las hebras de una madeja de seda y
uniéndose en hilos. Para encontrarse en lo infinito es menester discriminar y
unir.” (24)
Encontramos aquí el mismo tema que
en el cuento de Fátima, a través de la discriminación que permite separar lo
irreal de lo real, el noble puede unir y tejer los hilos de la existencia,
encontrando su verdadero Destino.
2
A pesar de que el hexagrama es un
producto del azar, una tirada del I CHING la coincidencia significativa con
Capricornio-Cáncer, es elocuente a través del análisis efectuado de los
símbolos dados por el Libro de las Mutaciones, concordando con los diversos
estadios analizados con anterioridad.
Para finalizar quisiera agregar que
el I CHING toma algunos signos relacionándolos con la formación del carácter,
mostrando la evolución del mismo a través de nueve de ellos. K’un, la Desazón es el séptimo de
la serie.
Transcribe el comentario al respecto
del Ta-Chuan (Gran Traslado) que reza: “Este signo introduce el carácter ya
formado en el carácter de su confirmación. Surgen obstáculos que deben
superarse y que, sin embargo, con frecuencia resultan insuperables. En este
caso el hombre es colocado frente a límites que es incapaz de eliminar y cuya
superación sólo se hace posible cuando se aceptan. Al reconocerse y aceptarse
así las cosas en su necesaria condición de destino, se pierde el hábito de
odiar la adversidad. Pues, ¿qué sentido, qué valor tendría arremeter contra el
destino?. Y así, en virtud de esta disminución del rencor el carácter va
purificándose y ascendiendo a una etapa más alta” (25).
La secuencia, o sea el paso al
próximo hexagrama en el orden general, coincide con el octavo signo de la
serie, que es el hexagrama 48, el Pozo de Agua que contiene las aguas de la
vida, las aguas bautismales que purifican al individuo y lo liberan de la
imposición de las estrellas como dirían los gnósticos (ver pág. 30).
Parecería que con este desarrollo
planteada por los chinos, la neurosis de destino, sería superable ya muy
avanzado el proceso de individuación, el séptimo lugar en la serie parecería
confirmarlo, coincidiendo con lo afirmado por JUNG, que el proceso de
Individuación era algo muy raro en la Naturaleza , ya que implicaría el dominio
definitivo del complejo de Edipo en todas sus instancias, hasta llegar al
arquetipo del Viejo Sabio o del Significado.
Al respecto de este dominio,
podríamos comparar con lo manifestado por JUNG en su práctica médica, que
coincide con el comentario del Ta-Chuan; JUNG no se refiere a una resolución,
sino a un “sobrepasar”. He aquí sus palabras: “Algún interés más alto, más
amplio, entró en la perspectiva y debido a tal ensanchamiento del horizonte, el
problema insoluble perdió su urgencia. No fue resuelto lógicamente en sí mismo,
sino que palideció frente a una dirección nueva y más fuerte de la vida. No fue
reprimida y hecho inconsciente sino que meramente apareció bajo otra luz y así
fue distinto”. Ahora la metáfora usada por JUNG da claras muestras de la acción
del arquetipo, predominante en él a través de su Yo-Ascendente: “Lo que en un
nivel más profundo había dado motivo para los conflictos más turbulentos y a
una pánica tempestad de afectos, parecía ahora contemplado desde el nivel más
elevado de la personalidad como un temporal de valle visto desde la cima de una
alta montaña (recordemos la asociación con Capricornio). Con ello no se ve privada
la tormenta de realidad, pero no se está más en ella si no encima.” (26)
Luego JUNG cita una carta de una
antigua paciente suya en donde describe con exactitud este estado, la
transcribo a continuación: “De lo malo me ha venido mucho bueno. El mantenerme
calma, no reprimir, estar atenta y al mismo tiempo aceptar la realidad, las
cosas como son y no como yo las querría, me ha procurado un raro discernimiento
y también fuerzas poco comunes que antes ni siquiera hubiera podido imaginar.
Pensaba yo siempre que, si se aceptan las cosas, la abruman a una de alguna
manera, ahora bien, esto no es de ningún modo así y sólo al aceptarlas puede
adoptarse una posición hacia ellas. (Anulación de la participación mystique! -
agrega JUNG). De modo que jugaré ahora al juego de vivir aceptando lo que cada
vez me traen el día y la vida, bueno y malo, sol y sombra, que constantemente
cambian y así también acepto mi propia naturaleza con su positivo y negativo y
todo se hará más viviente. Qué tonta era! Cómo he querido forzar todo según mi
cabeza!” (27)
Notas:
(1) Wilhelm, Richard, I Ching, Edit.
Sudamericana, Bs. As., 1979, pág. 713.
(2) Ibid, pág. 713.
(3) Ibid, pág. 262.
(4) Ibid, pág. 266.
(5) Ibid, pág. 266.
(6) Ibid, pág. 266.
(7) Ibid, pág. 267.
(8) Ibid, pág. 267.
(9) Ibid, pág. 310.
(10) Ibid, pág. 774.
(11) Ibid, pág. 267.
(12) Ibid, pág. 267.
(13) Ibid, pág. 267.
(14) Ibid, pág. 268.
(15) NHAGAVAD GITA: cap. III, Bibl. J.L.Borges, Hyspamérica, pág.
110,
(16) WILHELM: loc. cit., pág. 150.
(17) Ibid, pág. 268.
(18) Ibid, pág. 716.
(19) Ibid, pág. 489.
(20) Ibid, pág. 489.
(21) CAMPBELL, Joseph: El Héroe de las Mil Caras, F.C.E., México,
pág. 86.
(22) Ibid, pág. 86.
(23) Ibid, pág. 87.
(24) WILHELM, I CHING, pág. 93.
(25) Ibid, pág. 435.
(26) JUNG, C.G.: El Secreto de la Flor de oro, Edit. Paidós,
Bs. As., pág. 32.
(27) Ibid, pág. 63.
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