domingo, 25 de agosto de 2019

El Mito del Nacimiento de la Venus Urania y su relación con el Arte y la Astrología (1º parte. Mundo Antiguo y Renacimiento)










 El Mito del Nacimiento de la Venus Urania y su relación con la Astrología y la Cultura.

   Es un hecho conocido en la Cultura que el Arte se anticipa a los cambios visibles de la Cultura tanto en la esfera artística, como científica y aún política. Desde la óptica de la psicología de Jung, el artista está en contacto con los arquetipos del Inconsciente Colectivo que están por emerger y son sus heraldos anticipando los cambios en el Espíritu de la Época. 
      La expresión de estos arquetipos del Inconsciente Colectivo son los mitos que al ser proyectados en el cielo, dando forma al caos del cielo estrellado, han dado origen a la Astrología. A través de este arte han subsistido estos mitos y, en especial para la cultura occidental, los grecorromanos. El arte, a lo largo de este Eón,  ha sido otra de las formas donde estos mitos han sobrevivido y, a través de estas representaciones, es que estas nuevas tendencias han aparecido, desde su forma más atenuada, hasta cambios de paradigma culturales provocando modificaciones radicales en el desarrollo de la humanidad.
     Tal es el caso del  “Nacimiento de Venus” por Botticelli, terminado hacia 1484, que los estudiosos del arte vinculan al cambio de Paradigma del Renacimiento uno de cuyos hitos es la Revolución Copernicana cambiando la concepción del Universo de esos momentos. Pero no ha sido esta la primera representación ni la última y, en todas ellas, han  sido el anticipo o el reflejo de variantes culturales en diverso grado de importancia.

      ¿Cuál es el mito del Nacimiento de Venus representado en forma pictórica? Hay dos mitos de origen de Venus que Platón en el Banquete sintetizó con las denominaciones de Pandemo (de todos) olímpica, hija de Zeus y Dione y la Urania (del cielo) de origen primordial. La primera es relatada por Homero en la Ilíada (5,370), la segunda por Hesíodo en la Teogonía (188 y siguientes). La retratada ha sido la Urania. ¿Qué nos cuenta el mito?
       Cuando Cronos-Saturno, a instancias de su madre Gea la Tierra, cansada de las interminables cópulas y de castra con su hoz, los genitales de su padre, Urano, estos caen al Océano y de la espuma (afros en griego) generada surge Afrodita-Venus

     Desde el punto de vista astrológico este mito tiene una especial relevancia, con respecto a los otros. ¿Cuál es la razón de ello? Es que todos sus actores tienen una representación  en el Cielo en forma independiente. Ellos son: Urano, Neptuno (Océano), Venus y Saturno. De allí que podamos investigar la relación  entre los actores celestes y humanos a través del simbolismo astral y sus diferentes implicancias.
      La primera representación ha sido el fresco de Apeles (-352, -308) artista dilecto de Alejandro Magno. Lamentablemente no tenemos datos de nacimiento del artista, pero la influencia de la pintura no sólo se extendió reflejando el cambio del período clásico griego al helenístico dando lugar a la influencia oriental en Occidente. Como señala Plinio el Viejo (Historia Natural XXXV,91), la pintura fue trasladada por Augusto al templo de César, denotando el inicio del llamado Siglo de Oro del Imperio Romano.
       A la ya señalada de Botticelli (1484), con los espectaculares cambios que señalan el fin de la Edad Media y el comienzo del Humanismo, le va a seguir la de Boucher recién en 1754. En ese momento, la llamada Revolución Copernicana se profundiza y surgen las primeras teorías científicas del Origen del Universo fuera del ámbito, hasta ese momento intocable, de la creación bíblica planteada en el Génesis.
      Luego se produce un intervalo de casi una centuria para las pinturas de  Chasseriau (1838), Amaury-Duval (1862),Cabanel (1863). La última del siglo XIX es la Bouguereau (1879) quien, coincidiendo con las posiciones de los actores en Capricornio y Escorpio, nos muestra el desarrollo de poder capitalista, tecnológico y político, que da origen entre 1880 y 1914 al Imperialismo Colonialista. Esta tendencia con los mismas dominantes astrales involucradas, se repetirá en 1989, con la Caída del Muro de Berlín, que fue preludiada por una representación fílmica en “Las Aventuras del Barón de Munchausen”, estrenada un año antes, coincidencia significativa, en Alemania, pese a ser una coproducción entre varios países y hablada en inglés.
        El nacimiento de esta nueva cultura globalizada con su neocolonialismo tecnológico y cultural a partir de 1989, está alcanzando su primera crisis de madurez (retorno de Saturno), pero fue antecedida por la reacción “tradicionalista” del 2001, la crisis financiera del 2008, el Estado Islámico de 2013/2014 y la actual guerra comercial. La visión de la Astrología nos confirmará la base arquetípica del mito   y permitirá comprender esto cambios en el Zeitgeist (Espiritu de la Epoca) en toda su profundidad  y consecuencias.

 El Artista como Profeta:
              Para comprender este vínculo del artista con lo Profético desde el punto de
vista mítico-astrológico nos debemos remitir a Platón.
En el Fedro, Platón plantea 4 tipos de “locura divina” (conexión con el Inconsciente Colectivo expresado en el lenguaje de Jung).
Nos interesan en primer lugar :la “locura de las Musas” que inspiran al poeta la obra de arte objetiva.  En segundo lugar la “locura profética” inspirada por  Apolo.
      Dado que las Musas conforman el Coro de Apolo, ambas “locuras” están vinculadas. El artista inspirado (Musas) puede devenir en Profeta (Apolo).
       En el Sistema Astrológico está condensado el simbolismo en el Sol (Apolo)  quien expresa su lado creativo  a través de la regencia natural en la Casa V. Pero no está tan claro el aspecto “profético”, dado que la casa V nos señala uno en “caída”: la predicción para ganar en el juego o las operaciones bursátiles. Nos muestra que no todos los creadores tienen acceso a los contenidos  que las Musas cantaban. Para ello deberíamos sumarles,  relaciones con Júpiter, Neptuno y la casa IX. Lo cual, desde lo mítico es coincidente dado que Apolo transmitía, en sus profecías, los mensajes de Júpiter.


Alejandro, Apeles, Campaspe y Augusto:


                                  Aunque no se conoce la fecha de nacimiento de quien fuera el primero en retratar el nacimiento de Venus Anadiomena, o sea la diosa surgiendo de las aguas,  es el artista preferido de Alejandro Magno (356-323), Apeles (-352, 308), quien lo lleva a cabo.

    Tampoco se conoce la fecha de la confección de la obra, la modelo, Campaspe, era concubina de Alejandro. Según Plinio el Viejo (XXXV, 79-97), el joven rey se dio de la atracción sentida por el artista por su modelo y se la entrega como esposa a cambio de la obra. Con lo cual en esta primera representación se da el juego de las dos Afroditas: la carnal, Pandemo (Apeles-Campaspe) y la Urania concretizada en el extraordinario intercambio cultural entre el mediterráneo y el oriente próximo.

     Este se produce por la conquista del Imperio Aqueménida permitiendo el pasaje del período clásico griego  al nacimiento del período helenístico (-323, 30) dando lugar a la influencia oriental en Occidente, que incluye  la entrada de la Astrología al mundo griego  con la fundación de la escuela de Beroso en Kos en 330. Como señala Plinio el Viejo (Historia Natural XXXV,91), la pintura fue trasladada por Augusto[1] al templo de César, denotando el inicio del llamado Siglo de Oro del Imperio Romano.

    El 18 agosto de -29 inaugura el Templo de César, en donde coloca la Venus Anadiomena. Sol-Venus T conj. (21º 53’- 19º25’ Leo ) y Júpiter T (20º39’ Aries) trígono a Venus (23º43 Leo). Urano T (28º Escorpio) quincuncio Urano natal (28º 45’ Géminis) Neptuno T(13º59’ Virgo)  conj. Luna (13º 37’ Virgo) quintil  Neptuno natal (2º22’ Cáncer).Sol PS[2] (2º 54’ Piscis) trígono  Neptuno N (2º 22’)
   Así nace el siglo de Oro (Venus en Leo) de Augusto como también la llamada Religión Imperial (Leo) la deificación del emperador junto a los otros dioses inmortalizados en estrellas.
Botticelli, Simonetta y el Renacimiento:

                                                                  Coincidente con su “exilio” en el Medioevo dominado por el Cristianismo y la imagen de lo femenino representada por la Virgen María. La Venus Urania vuelve a nacer en el llamado, posteriormente, Renacimiento, de la mano de Botticelli influenciado por el neoplatónico Marsilio Ficino y sus mecenas: los Medici.
      La desnudez de la Diosa, sus finas facciones, han sido interpretadas desde la imagen uránica del saber puro o supremo, siguendo la pauta del mito y no desde la contrapartida pandémica de la sensualidad.
     Botticelli nos muestra en su basamento arquetípico astral[3] (además del Sol conjunción Marte en Piscis: 19,45’; 27º 40’) la estructura de la Venus Urania  (Acuario 6,50’) en biquintil a Neptuno (15º37’ Virgo)) y sesquicuadratura a Urano (Géminis 20º44’). Urano a su vez en cuadratura a Neptuno. Finalmente Saturno (Cáncer 9º 19’ R) en quincuncio a Venus y seminonil a Urano y sextil a Neptuno.
      Los aspectos tensos nos podrían dar la base arquetípica del cambio que se estaba generando en el Renacimiento: el destierro de la Virgen María (Neptuno en Virgo) como imagen de lo femenino ideal ante el re-nacimiento de la Venus-Urania y su nuevo ideal del saber y creatividad en múltiples facetas (Venus en Acuario en SQ a Urano en Géminis).  Este Re-Nacimiento  de la Venus-Urania era resistida por la ortodoxia religiosa tradicionalista (Saturno conjunción a Júpiter en Cáncer,13º 57’). Las dominantes arquetípicas de Botticelli nos señalan el problema de la época que el mito y el espejo celeste reflejaban.
     Es interesante notar que el arquetipo vuelve a manifestarse en su doble faceta otra vez en Botticelli, con menos fortuna para el pintor renacentista. El pintor quedó prendido de la belleza de su modelo: Simonetta Vespucci[4] quien había sido invitada a Florencia para casarse con Marco Vespucci. Sin embargo, su marido parece desaparecer de la historia dado que todos en Florencia quedan hechizados por su belleza. Entre ellos, el hermano menor de Lorenzo Medici, Giulano, quien le dedicó un poema. Fue la modelo de Sandro Botticelli para el Nacimiento de Venus y otros cuadros quedando perdidamente enamorado de la joven., pero no podía competir con sus poderosos adversarios.
   El 27 de enero de 1475 fue declarada , en un torneo, “Reina de la Belleza”, pero sucumbió un año después víctima de tuberculosis. Botticelli, desarrolló un amor platónico por ella, proyectando en el cuadro, terminado nueve años después del fallecimiento de su Musa, ese “amor perfecto que asciende al Infinito”, tema típico de Platón y los neoplatónicos antiguos y renacentistas.
     A propósito de este cuadro Rossi comenta: “Porque aquí estamos frente a la Venus divina, el amor perfecto que eleva hasta lo divino. El mito clásico de la Venus divina prefiguraría el sacramento cristiano del bautismo, que es purificación por medio de las aguas y está relacionado con el renacer, con el mito de la “renovatio  universalis” que fue la fuerza motriz del Renacimiento. Una vez más nos encontramos con la tesis neoplatónica en el fondo de las muchas.revelaciones, una verdad única”[5]
     La “Bella Simonetta”, como la llamaban, era ideal para la proyección de esta imagen de Venus, como predecesora también del Cristianismo surgido junto a la Era de Piscis. La posición de Venus (Piscis 11º 17’, casa IX, en disposición mutua con Neptuno en Libra, 2º 50’R) en sesquicuadratura a Urano (26º 30’ Cáncer, casa I) facilitaba la encarnación (casa I) de la diosa (Venus en Piscis en IX). Saturno (Libra 28º 14’) “castraba” a Urano, posibilitando el nacimiento.
     Tenía además la conjunción Mercurio-Júpiter (Piscis, 21º 49’; 27º,3’) haciendo conjunción  con la de Botticelli: Sol-Marte. De allí que los aspectos del conocimiento (Mercurio) y del espíritu (Júpiter) tienen más incidencia  que el erótico (Marte de Botticelli), elevando la pasión (Marte)  al conocimiento (Mercurio) de lo Divino (Júpiter) reflejándose en el rostro del cuadro.
     Un dato curioso que confirma este vínculo a través de Piscis. Botticelli pidió ser enterrado en la Iglesia de Ognissanti al fallecer en 1510, treinta cuatro años después del deceso de la joven,  a sus pies. (regidos por Piscis para el simbolismo astral). 

   Continuará en la Segunda Parte: El Iluminismo, la Electricidad y las Primeras Teorías del Origen del Universo.



[1] Augusto había nacido el 22 de Septiembre de -63, 5,30 en Roma. Tenía la estructura de la Venus Urania: Venus(Leo 23º 43’) en sextil a Urano (28º 45’ Géminis) en conjunción a Neptuno ( Cáncer 2º 22’) y trígono a Saturno (Aries 15º,18’R). A su vez Saturno hacía quintil a Urano.
[2] El Sol PS es la técnica que desarrollé en “El Mito Solar, el Eneagrama y el Proceso de Individuación” y consiste en un ciclo solar de 60 años con un movimiento anual de 6 grados en forma conversa. Esta ciclo muestra los hitos del Proceso de Individuación en la calidad solar propia del mismo.(Sol símbolo del Sí-Mismo)
[3] Botticelli nació el 1 de marzo de 1445, Florencia, hora desconocida)
[4] Simonetta nació el 30 de marzo de 1453, 11,04 en Ferrazzano, Italia., fuente Astrodabank.
[5] Rossi A : Sandro Botticelli neoplatónico en Cohen E. y Villaseñor P. editores, De filósofos , magos y brujas,Ed. Azul, España 1999, pag. 225 

1 comentario:

Unknown dijo...

¡Excelente como siempre! Alberto tiene la virtud de contar lo mitológico , lo astrológico y todo lo que se refiera a Jung , de una manera tan simple como profunda. Un placer haber sido su alumna.