martes, 28 de diciembre de 2010

Utopias del Renacimiento (1º parte)

Publicado en Mercurio3 Nº35, 2002, Barcelona








Utopías del Renacimiento: una visión astrológica

Introducción:

El neologismo Utopía, creado por Tomás Moro para su ensayo literario, ha dado lugar a diversas interpretaciones y acepciones contradictorias a lo largo del tiempo. Así también originó un género literario, cultivado hasta la actualidad, que derivó en propuestas de orden político- social en un amplio espectro recorriendo, desde las mítico-religiosas hasta las materialistas –científicas.

Intentaré develar algunos de estos aspectos contradictorios a través del simbolismo astrológico en primer lugar. Luego, indagando el sustrato mítico subyacente detrás del neologismo Utopía y, por último, estudiando algunos de sus antecedentes en la historia. El estudio se limita , por razones de espacio, a las Utopías del Renacimiento.




Utopía:

La palabra es concebida por Tomás Moro en 1516: U- topos: no lugar. Hace referencia a un país donde las relaciones sociales, económicas, religiosas y urbanistas eran armoniosas. Por lo tanto, juzgaba improbable la existencia de ese Estado.

Con el tiempo dio lugar a claras derivaciones. Como sustantivo designa todo proyecto irrealizable. Como adjetivo nos encontramos con “utópico”- subrayando el carácter imposible de un deseo- y “ utopista”: inspirador de sueños.

Tradicionalmente se ha relacionado el fenómeno utópico con los deseos y esperanzas de Acuario y la casa XI. Pero si analizamos a simple vista los significados encontramos una directa influencia de Neptuno-Piscis, dada la característica onírica, siguiendo la interpretación clásica freudiana del sueño como realización del deseo.

Desde esta perspectiva, el proyecto utópico representa – como el mito en Rank- un sueño individual pero que expone el deseo colectivo de una sociedad más justa que la realidad oprime.

Pero el fenómeno se complica cuando consideramos las nuevas acepciones aceptadas. Víctor Hugo decía: “ La Utopía es la verdad del mañana” y Lamartine : “Las utopías son sólo verdades prematuras”.

Como ya lo ha manifestado Rudhyar, las personas con fuerte influencia de Urano expresan el pensamiento de Hugo y Lamartine. Rudhyar afirma que las verdades comunicadas por estos individuos, comienzan a ser reconocidas por la sociedad, en el próximo ciclo de Urano, o sea 84 años. Si consideramos esta afirmación, nos encontramos que Tomás Moro- iniciador del género- publica su obra en 1516. La segunda Utopía, la Ciudad del Sol de Campanella, es esbozada casi en su totalidad en 1602(publicada en 1623), o sea 86 años después, bastante aproximada a lo propuesto por Rudhyar.

Por otro lado Liz Greene, en su libro Neptuno, nos hace notar que Neptuno transitaba en conjunción a Mercurio en Acuario de Moro en el momento de la redacción del manuscrito. Es interesante notar, que el personaje que le relata a Moro en el texto la existencia de la Utopía, es un marino denominado Hitlodeo. La presencia de este marino refuerza la influencia de Neptuno; además Moro crea este vocablo – como muchos otros más en el texto- juntando dos palabras en griego cuyo significado sería: “hábil en boberías”. De ello podemos deducir la expresión fantasiosa del racional Mercurio influenciado por el nebuloso Neptuno. También podemos vincular esta relación con la creación de neologismos dada en la obra.

Además Utopía es una isla, territorio vinculado en el mito al dios Neptuno-luego de perder varias disputas por ciudades con otros dioses- en la famosa Atlántida. Esta asociación se verá reforzada por la última Utopía que cierra la trilogía renacentista: la Nueva Atlántida de Bacon.

Sin embargo, retomando la perspectiva uraniana, el fundador del reino de Utopía ha sido un héroe civilizador: Utopos, quien eleva del nivel salvaje a los primitivos habitantes del istmo. Éste deviene en isla, luego que Utopos manda a cavar la estrecha porción de tierra que lo unía al continente.

El fundador es un hombre sabio, no un profeta, ni una encarnación de la divinidad. Esto nos remite a Urano astrológico y al mito de Prometeo, tan caro al siglo XIX en su veta romántica o al Progreso. La relación de este mito con el planeta Urano ya ha sido estudiada por Richard Tarnas(1).

Aquí no hay un acto de rebeldía, aparece el elemento técnico, se eleva al “buen salvaje” de su estado indiferenciado (lunar-neptuniano). La isla no es una formación espontánea-típica del fenómeno inconsciente vinculado a Neptuno- sino producto de una labor técnica, de un intento de aislarse del mundo circundante, propio de la naturaleza acuariana-uraniana.

Encontramos aquí una explicación más amplia de los dos adjetivos: el inspirador de sueños podría ser en realidad un visionario uraniano a la manera de Lamartine (Sol , Mercurio, Neptuno en conjunción en Libra, quintil a Urano) o Hugo (Ascendente Escorpio encuadrado entre Urano y Neptuno; Urano trígono a Marte-co-regente del asc.- y Plutón en Acuario). Este visionario elabora conscientemente un proyecto para separarse de las condiciones sociales en las que vive.
Podríamos asociar, en forma análoga, lo que planteaba Max Heindel con respecto a la clarividencia: la conscientemente adquirida con Urano y la dada en forma natural con Neptuno. Expresado psicológicamente hay una mayor intervención de la conciencia que busca integrar los contenidos del Inconsciente Colectivo, ante la insatisfacción producida por lo ofrecido por la Conciencia Colectiva. De allí que se explique al pensar utópico como un “soñar despierto”, a diferencia del soñar pasivo de Neptuno, donde se es objeto de los contenidos del Inconsciente Colectivo.

¿Qué papel juega Neptuno aquí?

En la Utopía de Moro la dialéctica está planteada entre Utopos- Urano(¿el cielo es un no-lugar?) y el “buen salvaje”- que inspirará a Rosseau- fundido con la Madre Naturaleza(Neptuno). De allí podríamos deducir que se trataría de sujetos pasivos que se pliegan a la idea del visionario, de su proyecto utópico quizás irrealizable, según el otro adjetivo. ¿Por qué se integrarían al proyecto?.

El estudioso de las Utopías J. Servier lo manifiesta con claridad: “Las Utopías se nos presentan como sueños nacidos del sentimiento de abandono de una clase social-siempre la misma- en el transcurso de los siglos”(2).

Servier nos expresa con elocuencia la clase marginal, los “pobres de espíritu” y /o materia asociados a Piscis, Neptuno y la casa XII.

Pero el mismo Servier nos muestra otro aspecto: “Este sentimiento de desamparo- Geworfenheit- en el sentido que Heidegger da al término en Ser y Tiempo, es el estado del hombre arrojado al mundo, abandonado a sí mismo, sin esperar nada de un poder superior en cuya existencia ya no cree.”(3)

De allí que ese ser desengañado de su creencia en la divinidad desplace sus esperanzas hacia lo humano, hacia ese ideal surgido del “soñar despierto”. Un ideal plausible de encarnarse en la existencia, sin presencia de lo divino. Ya no es el mito de la Ciudad de Dios, sino de la Ciudad del Hombre. Volvemos aquí a Acuario, Urano y la casa XI.

Pero, para aumentar la paradoja, hay una clara distinción entre el soñar despierto literario y la experiencia práctica.

Salvo en el caso de comunidades cerradas mancomunadas- en forma neptuniana- por una creencia religiosa de índole cristiana, donde la individualidad y el progreso técnico-simbolizados por Urano- son sacrificados(tipo Hamish, Huteritas), los otros intentos en su gran mayoría han fracasado.

La razón la expresa Servier con claridad: “las utopías prácticas terminan generalmente, al cabo de pocos años con el alejamiento de los societarios exasperados. Su fracaso muestra que es imposible edificar sobre el rechazo de los valores individuales, sobre un ideal de vida mediocre y de vida espiritual limitada a las dimensiones de una biblioteca de escuela primaria.”(4)

Este nuevo legislador creador de la ciudad perfecta termina masificando a los individuos detrás del ideal de la ley justa, ahogando- en el sentido literal neptuniano- las posibilidades individuales. La reacción de rebeldía individual uraniana, crea la revolución y el proyecto fracasa.

Nos encontramos con una serie de situaciones paradojales, dialécticas entre Urano y Neptuno, entre Acuario y Piscis y sus reflejos en las casas XI y XII. Así la dialéctica se translucirá en los distintos autores utopistas, a lo largo de la historia, mostrando aquellos que depositan su confianza en el futuro, el progreso y la ciencia(Urano); otros en un retorno al Pasado, a la vida comunitaria, despreciando el progreso técnico , los valores individuales sacrificándolos en aras del ideal colectivo(Neptuno) . También puede manifestar un retorno a la enseñanza del Evangelio. Jung ya demostró en su obra Aión la ligazón del Cristianismo con el Eón de Piscis, dado que se reconocían por el símbolo del pez, los discípulos como pescadores, bautismos en piscinas, etc.

En una tercera posición otros tratarán de conciliar estas tendencias.

La pregunta surgida es ¿la comprobación astrológica valida estas deducciones?


Urano y Neptuno:


Liz Greene se encargó – como vimos en el punto anterior- de intentar validar sus deducciones acerca de la incidencia de Neptuno en la creación de la Utopía de Tomás Moro.

Ella planteaba la influencia de una conjunción (orbe 2º) de Neptuno en tránsito sobre Mercurio natal en Acuario. Además ella reforzaba esta relación dada la cuadratura de Neptuno al Sol en Acuario de Moro.(5)

Amplificando esta relación dada por la astróloga británica, vimos como se relacionaba con la creación de neologismos y el relator Hitlodeo. Pero hay algo faltante en el análisis de Greene. Pareciera que hubiera quedado atrapada en la misma dialéctica de los autores utopistas, tomando partido por Neptuno.

A simple vista deducimos que el tránsito es por Acuario y el aspecto natal afecta al Sol en Acuario, lo cual nos hablaría de la incidencia de Urano y- dada la época - de Saturno,en este caso como representante del orden establecido de que la Utopia quiere separarse. (Saturno está en Virgo en oposición al Sol natal completando una cruz en t con Neptuno). Pero esto va más lejos.

¿Cuál es la posición de Urano natal?

Está conjunto a Neptuno en Escorpio en casa XII y en el momento de escribir el texto, a su regreso del viaje al continente europeo a fines de 1515, hacía sextil partil al Sol y quincuncio a la conjunción desde la casa IV en Aries. Si combinamos ambos tránsitos nos informa de una manera más cabal el psiquismo de Moro en el momento de la redacción del texto. A través de una creación literaria (Neptuno –reg. de III- sobre Mercurio natal-) Moro intentaba resolver la tensión(Urano en Aries oposición a Marte natal en X)y la angustia que le generaban los problemas suscitados en su patria natal (Urano, casa IV, quincuncio a la conjunción Urano- Neptuno natal en Escorpio) nacidos de la pobreza imperante( Neptuno-Urano en XII cuadrados a Saturno en VIII) contradictoria con la opulencia de la corona real(cuadratura y oposición al Sol) y su propia posición de Canciller del Reino( Marte en Libra casa X).

Para ello – como plantea Servier- asume una actitud impersonal( Urano, Acuario) dejando de lado sus convicciones e intransigencia religiosa( Ascendente en Sagitario, Virgo en IX y Plutón allí) para exponer una posible solución a la miseria del país bajo Enrique VIII.

La obra consta de dos partes: en la primera hace una crítica a la Inglaterra de aquellos tiempos(Urano en Aries en cuatro).En la segunda describe la isla neptuniana de Utopía “ensoñando despierto”.

Sabemos que una cruz en T tiende a resolverse en el extremo opuesto faltante, en este caso Tauro. Este elemento nos aporta un nuevo elemento de gran importancia en la Utopía y en los utopistas posteriores del siglo XVIII y XIX: la agricultura. Es la ocupación privilegiada del hombre, pura, natural, que no arrastra ninguna deformación, en comunión “con todos los atributos de una madre virgen”(6). Aquí hace su aparición el mito subyacente detrás de la creación literaria: la Edad Dorada en la que Saturno reinaba. Moro en el momento de la redacción tenía a Saturno en tránsito(Sagitario) en trígono partil a Venus conjunción Luna(Aries IV) .

En esa época los hombres no conocían el sufrimiento, ni el trabajo(Saturno en Virgo), la tierra les brinda sus frutos y morían como si fueran a dormir (Urano-Neptuno en Escorpio en XII) no existía la propiedad privada y todo se compartía. Saturno reinaba en ella y la diosa virgen Astrea, que luego huirá hacia el cielo conformando Virgo- caminaba sobre la tierra.

Este mito subyace detrás de algunas concepciones platónicas y en Moro. El Gran Canciller de Inglaterra veía el origen de todo el mal en el afán de posesión reflejado en la propiedad privada. Observamos el punto opuesto de la T cuadrada en Tauro como origen( afán de posesión) como antes lo habíamos visto como solución en el retorno a la pureza de la tierra. En la Edad de Hierro esta pureza se había perdido por la maldad de los hombres (Venus caída en Aries) y Astrea- Virgo, la justicia, había huido al cielo.

Este doble aspecto(afán de posesión y retorno a la tierra) está reforzado además por la presencia del dios agrario Saturno(Virgo), quien en otra versión posterior luego de su caída del poder se refugia en Italia – acogido por Janus- y les enseña a los aborígenes de la península el arte de la agricultura.

Pero la época de Moro- como la actual- es la edad de Hierro, en la cual un contemporáneo suyo Maquiavello escribe, siguiendo el mismo patrón simbólico: “el hombre es un lobo para el hombre”(animal vinculado al Marte mítico). Por esta razón la presencia de Saturno en Virgo nos señala otra preocupación de Moro: la ociosidad de la mayoría de los habitantes de Inglaterra y el exceso de trabajo de algunos. Por ello reglamenta y distribuye en su Utopía una jornada laboral de 6 horas para todos(Saturno en Virgo).

Como podemos observar se perfilan en el creador del género las diversas variaciones mítico-simbólicas(retorno a la Edad Dorada- Progreso Prometeico)de los autores posteriores.

Volviendo al eje de la discusión Urano – Neptuno nos encontramos a primera vista, si hacemos un análisis técnico tradicional sobre la fortaleza de ambos, con un ligero predominio de Urano en su signo de exaltación Escorpio y siendo regente del Sol. Pero Neptuno está en su casa natural (XII), sumada a su naturaleza propia en una conjunción, el disolvente universal de los alquimistas, estos efectos se equilibrarían.

La idea que se suscita- sujeta a comprobación- es sumar a los significados estáticos esenciales de los signos y casas, una dinámica de ciclo. Dado que la conjunción implica el comienzo, y a su vez el fin de un ciclo anterior, la natal de Moro implicaría el comienzo de un ciclo de 171 años.

Si volvemos a considerar la segunda Utopía escrita de la trilogía- La Ciudad del Sol- redactada 86 años después, coincidiría con mayor precisión con el hemiciclo de ambos planetas. La idea parecería tener cierto asidero, pero volveremos más adelante.

1 comentario:

Marta Ortiz dijo...

Buenos días,
¿ha pensado en que Internet es un no lugar donde la u-topia se está realizando?

Gracias por su blog, acabo de encontrarlo por medio de Astrólogos del Mundo, tengo mucho para leer y pensar acá. Y he encontrado algunos amigos mutuos, como Eskenazi y la bitácora y el loro. Y seguro habrá más.
Es lo que le digo arriba.

Un saludo