Tycho Brahe:
Si Copérnico fue la mayor
autoridad en astronomía durante la primera mitad del siglo XVI, Tycho Brahe lo
fue de la segunda. Fue el último observador a primera vista en la era previa al
telescopio. El primero también, en observar metódicamente el cielo, para ello
diseñó instrumentos más precisos que los usados hasta ese momento.
Brahe
(14/12/1546, 10,47, Scania, Suecia, fuente Marc Penfield en Compact Matrix),
nace con el septil ASP-SCG, sin embargo toma el otro lado del aspecto siendo su
más fuerte opositor, retardando, dado su
enorme prestigio la conversión de los astrónomos a la nueva visión del
Universo.
No
obstante, él mismo, siguiendo la naturaleza arquetípica del SCG, aporta
elementos que resquebrajarán aún más la concepción ptolemáica y finalmente, en
1588, con el sextil del ASP (24º55’ Escorpio) al SCG (26º2’Virgo) dará a
conocer su propia visión, que se llamará
sistema ticónico adoptado por la Iglesia
Católica en las postrimerías del período de Escorpio en 1616.
El
recorrido de Brahe para llegar a esta concepción se inicia en 1663 cuando se
percata de que hay tantos sistemas como astrónomos y todos en desacuerdo. A
propósito de la conjunción Júpiter- Saturno del 24 de Agosto de 1563 notó que
las tablas diferían en días y algunas en mese. Allí se propuso el proyecto de
cartografiar los cielos desde un único lugar por varios años. En ese momento el
Sol PS de Brahe transitaba en Virgo
(15º31’) en cuadratura al MC(15º16’ Sagitario), proponiéndose la ardua meta
(MC) de cartografiar y clasificar las estrellas (Virgo).
El 11
de Noviembre de 1572, Brahe observó la Supernova en la Constelación de
Casiopea que rompía con la inmutabilidad de los cielos en el mundo supralunar.
El fenó meno de gran intensidad lumínica, observándose a pleno día, fue
disminuyenod hasta desaparecer en marzo de 1574. El Sol PS (19º36’ Cáncer) hacía sextil a
Urano (19º6’ Virgo, orbe 30’ )
en conjunción con la Luna
(23º38’) y el SCG(25º26’), revolucionando la esfera superior de los cielos,
inmutable aún para Copérnico. Desde la óptica galáctica es interesante notar
que la Stella Nova
fue avistada en el grado 24º30’ de Piscis haciendo oposición al SCG (25º48’
Virgo, orbe 1º18’), mostrando en otro plano colectivo el efecto revolucionario
(SCG) del descubrimiento.
La
duración pasajera de la
Supernova llevó a cuestionar el descubrimiento de la no
inmutabilidad de los cielos. La observación de los cometas de 1577 y 1585,
corroboradas por los de 1590, 1595 y 1596, proporcionó pruebas suplementarias
para establecer su hipótesis. Las 4 últimas en el orbe del sextil del ASP-SCG.
En 1577, el Sol PS (2º9’ Capricornio-26º9’ Sagitario) pasó por la conjunción
del Ápex (26º6’ Sagitario) conjunto a su vez con Saturno (27º4’), aportando la
prueba concreta (Saturno) que finaliza (Ápex) con la inmutabilidad de los
cielos.
Finalmente en 1588, con el mismo sextil, expone su nuevo modelo del
Universo en la cual la Tierra
ocupa el centro y la Luna
y el Sol giran alrededor de ella. Mercurio, Venus, Marte, Júpiter y Saturno lo
hacen alrededor del Sol. El sistema como comenta Kuhn, conservaba las ventajas
matemáticas del de Copérnico suprimiendo
sus inconvenientes físicos, cosmológicos y teológicos.[1]
Aquí
observamos una variante del caso Reinhold, donde la influencia del SCG y el
Ápex en Tycho nos muestra a través de la Stella Nova y los Cometas, la
ruptura de la idea de la inmutabilidad de los cielos, sostenida también por
Copérnico, dando un paso más allá de él.
Por
otro lado su Universo con la
Tierra central salvaba el problema teológico de la posición
central del hombre en el drama de la creación cristiana y la batalla dada en la Tierra por la salvación del
alma entre Dios y Satán. De allí que su sistema fuese adaptado por la Iglesia en 1616.
Tycho
había nacido con el CG (20º31’ Sagitario) en sextil casi partil a Plutón
(20º51’ Acuario, orbe 20’ )
en su calidad de regente de la IX
natal y dada la conjunción con Venus (18º56’ Acuario) modificaba en parte el
Universo (Plutón –Acuario) pero conservaba la historia oficial (Venus-CG). La
conjunción al PM Saturno –MC(21º25’ Sagitario, orbe 54’ ) posibilitaba que su máxima
realización (Saturno-MC) fuera aceptada por la ortodoxia (CG) como nuevo modelo
del Universo.
Sus
estudios sobre la retrogradación de Marte pasaron a su protegido Johannes Kepler, permitiéndole la conformación de las
dos primeras leyes científicas.
Johannes Kepler:
Llegamos al hombre
“bisagra” entre los dos períodos, no sólo por su situación temporal, viviendo a fines del período Escorpio (nace
en 1571 muere en 1630), y principios de Sagitario, sino también porque es el
primer paso del pensamiento
neopitagórico al científico actual , siendo el que formula las tres primeras
leyes científicas, las dos primeras en 1609, la última en 1619 en pleno inicio
del período Sagitario (1618,22).
Kepler (27/12/1571, Weil, 14,30, fuente Marc Penfield, Compact Matriz),
había sido iniciado en el copernicanismo por Maestlin en sus aulas de Turingia.
Su
primera obra defendiendo y ampliando el sistema, fue el Misterio Cosmográfico
de 1596, coincidiendo con el sextil casi partil del ASO (26º15’ Escorpio) con
el SCG(26º9’, orbe 6’ ).
Aunque siempre mantuvo la visión simbólica del neoplatonismo renacentista, en
esta obra empieza a notarse el paso a la descripción matemática cuantitativa,
de ahí que amplíe los argumentos de Copérnico aunándole los diagramas
detallados de cuño propio.
Kepler se dio cuenta de los residuos ptolemáicos en Copérnico y resolvió
eliminarlos sacando las consecuencias del nuevo estatuto de la tierra “un planeta como otros gobernado por el Sol”[2]Si
esto era así los planos de las órbitas debían cortarse sobre el Sol y no en la
tierra como en el sistema de Ptolomeo y que Copérnico continuara. Al hacerlo
encontró una mejora significativa en la explicación de las desviaciones de los
planetas de norte a sur de la eclíptica. También al considerar la dependencia
de los planetas respecto al Sol, Kepler amplía la ya considerado por Copérnico,
de medir las excentricidades de la tierra a partir del Sol (los demás los
hacía con respecto del centro de la
tierra), extendiéndolas a todos los planetas. Con ello desaparecieron muichas variaciones aparentes de
excentricidad y quedó reducido el número de círculos necesarios para calcular
las posiciones planetarias.
Esta
valorización absoluta del Sol, cubriendo los baches dejados por Copérnico,
coincide con el paso del Sol PS por Leo en su tema natal (21º24’-15º28’,1596)
entrando en su casa III (20º13’ Leo), recuperando el astro su lugar natural
(Leo) y comunicándolo al mundo a través de un escrito (III).
Durante los años siguientes hata su próxima publicación importante,
Kepler se dedicó a continuar los estudios hechos por Brahe sobre la órbita de
Marte.
El
astrónomo sueco, quien había llegado a una precisión de 4’ de arco en su observación
directa, era el modelo a seguir en las elucubraciones matemáticas de Kepler.
Luego de probar con combinaciones de
círculos llegando en algunos casos a errores menores de 8’ de arco, decidió probar otras
figuras y dio con la elipse precisando además que los planetas se movían en
esta figura a velocidad variable. Así enuncia sus dos primeras leyes en
“Astronomía Nova” de 1609:
“1)
Las órbitas de los planetas son elipses uno de cuyos focos lo ocupa el sol.
2)Las áreas descriptas por el radio vector que une el Sol con el planeta son
proporcionales al tiempo empleado en recorrerlas.”[3]
Ambas
leyes hacen innecesarias el uso de los epiciclos, excéntricas ecuantes y todo
elemento “ad hoc”, simplificando el cálculo y haciéndolo más preciso.
Desde
la perspectiva galáctica es ahora el Ápex (27º Sagitario) quien es aspectado
con un semisextil por el ASP(28º27’, orbe 1º27’). Mostrando, por un lado, la
unión entre el método de observación y el teórico(Ápex), pero por el otro, el
comienzo de la división (Ápex) entre el pensamiento simbólico cualitativo del
Renacimiento y el matemático- cuantitativo del período moderno que le
continuará.
Este
inicio se ve reflejado en el plano personal de Kepler, el Sol PS en 1609
(3º24’Géminis- 27º28’ de Tauro) recorre ese espacio haciendo sextil-trígono con
el eje nodal en Leo Acuario (2º46’),
realizando la misión (nodo norte Leo) de afirmar el lugar central solar(Leo),
estableciendo las nuevas leyes celestes (Acuario-IX), disolviendo la
cosmovisión anterior (Sol PS en XII) aunando la teoría y la observación (Sol PS
en Géminis). La tercera ley de 1619, en el inicio del período de Sagitario,
repite el aspecto de sextil –trígono al
eje nodal, dado que el Sol PS transita entre los 3º24’ de Aries y 27º28’ de
Piscis, completándose la misión nodal de establecer las leyes del cielo (Acuario
IX) y de hacer tomar conciencia del
lugar solar en el Universo entonces conocido(LeoIII).
De
esta forma germinaba la semilla con la que había nacido Kepler, dado que en su
tema natal Neptuno (23º51’ Géminis) conjunto al Asc. (21º26’) hacía oposición
al Ápex (26º28’ Sagitario, orbe 2º37’) y al CG (20º53’, 2º38’, orbe), mostrando
éste último también como sus concepciones mítico-matemáticas (Neptuno en
Géminis) se oponían al pensamiento ortodoxo de la época (CG) y perfilaban la
división (Ápex) del pensamiento cualitativo unificador renacentista y el
pensamiento matemático-cuantitativo moderno. En 1609 el CG (21º25’) llegaba al
partil de la oposición con el Asc natal (21º26’ Géminis).
Esta
misión llega a su culminación con la publicación de las Tablas Rodolfinas en
1627. Estas tablas, iniciadas por Brahe, eran mucho más exactas que las
anteriores y le permitió predecir
póstumamente el tránsito de Venus del 7 de Diciembre de 1631[4],
con lo cual los astrónomos se convencieron de la veracidad del sistema
copernicano ampliado por Kepler. El Sol
PS transitó en 1627 entre 15º24’ y 9º24’ de Acuario, haciendo semisextil al Sol
natal. La apoteosis en la comprobación su predicción se da, complementando la
misión solar, con la conjunción del Sol PS (15º8’ Capricornio) al Sol natal
(15º28’, orbe20’) quien estaba conjutno , coincidencia significativa, a Venus
(18º35’) en el natal.
La
aceptación en el plano colectivo de los astrónomos se ve reflejado por el
creativo aspecto de 18º, serie quintil, del ASP(2º18’ Sagitario) al CG(21º43’
Sagitario, orbe 1º25’)
2
Nos
queda dilucidar el papel del pensamiento neopitagórico en las concepciones de
Kepler, mostrando el lado conciliador del Ápex, conjugando, como lo hizo en su
momento ambas concepciones. En 1609, en la “Astronomía Nova” pone el acento en
la dignidad solar al describirlo como “el único cuerpo que, en virtud de
dignidad y poder, parece a propósito (…) para mover los planetas en sus
órbitas, y digno de convertirse en la morada del propio Dios, por no decir su
primer motor.”[5]
De
esta importancia piensa de que del propio Sol y su alma surge un movimiento la
“anima matriz” que obliga a los planetas
a moverse en círculos, siendo el fundamento de su segunda ley. Desde esa
concepción, Kepler pensaba que los rayos de esta anima solar disminuían con la
distancia del planeta al Sol, con lo que, si por ejemplo, se duplicaba la
distancia, el planeta recibía la mitad de los rayos con lo cual disminuía su
velocidad a la mitad. Esta concepción típica del pensamiento neopitagórico y
neoplatónico renacentista, muestra el trasfondo arquetípico del período Escorpio y su afinidad con las
fuerzas ocultas de la Naturaleza. Basándose
en el magnetismo de Gilbert que, como vimos, su base arquetípica se manifiesta
en su tema natal en el sextil del SCG (25º25’ Virgo) a la conjunción
Júpiter-Saturno(24º8’-27º40’ Escorpio) y el punto medio Urano-Plutón (25º19’
Escorpio). El propio Kepler esboza esta
idea ya en su Misterio Cosmográfico (1596) con el sextil del ASP al SCG, lo
continúa en “Astronomía Nova”(1609) con el semisextil del ASP al Ápex.
Finalmente en 1621, en el “Epítome of Copernican Astronomy” describe, ya
influenciado por Gilbert:” Si por la palabra “alma”(Anima) tú substituyes por
“fuerza”(virs), tú tienes el mismo principio en el cual la física Celestial es
establecida”[6] El Sol PS en 1621 transita entre 21º24’ y
15ºº24 de Piscis, pasando por la conjunción Plutón-MC-Júpiter(21º59’, 20º21’ y
18º37’) en sextil al Sol- Venus natales ( 15º28’- 18º 35’ ), donde podemos observar la equivalencia entre alma (Piscis-
Venus) y fuerza (Sol –Plutón- Júpiter) estableciendo (MC) una nueva cosmovisión
( Júpiter en IX).
La fe
de Kepler en la armonía Universal (Júpiter sextil Venus, orbe 2’ ) lo llevó a buscar las
relaciones entre los planetas en sus velocidades situadas en diferentes
órbitas. No se trata una ley en la que intervenga la observación, sino que es
producto de la empecinada búsqueda de la armonía universal manifestada por la
divinidad en la Naturaleza. No
aporta en sí misma cabios en la teoría planetaria, de los cuales se conocían
sus períodos individuales ni permitía la computación de datos astronómicos,
pero manifiesta el Orden Universal pregonado
por el Neoplatonismo y Neopitagorismo Renacentista.[7]
En el
mismo texto “harmonices Mundi”, vinculaba estas velocidades máximas y mínimas
con los intervalos consonantes de la escala musical, desarrollando la “Música
de la Esferas ”
pregonada por Pitágoras[8],
estos aspectos sumados a su firme práctica astrológica es lo que ha llevado a
los representantes del nuevo pensamiento científico cuantitativo a dejarlo de
lado.
Por
ejemplo Geymonant cierra su artículo
sobre Kepler afirmando:”Por lo tanto , si bien es justo reconocerle a Kepler
una genialidad de científico sin duda
excepcional (en algunos casos superior a Galileo) es obligado señalar que este
último representa mejor que el primero el tipo de científico moderno. Por este
motivo Galileo ocupa, enj la historia del Pensamiento una posición
incomparablemente superior a la de Kepler”[9]
Como
veremos este prejuicio ha manchado el aporte superior a la teoría heliocéntrica
por parte de Kepler con respecto a
Galileo, como lo desarrollaremos en el próximo punto.
[4] “Historia de los
Tránsitos de Venus por delante del Sol” en www. Tucán47. astronomía, edu,
uy./tránsito de Venus 8/6/2000.
[6] Citado en “Analogical Reasoning
and Conceptual Change. A Case of Study of Johannes Kepler. Gentier D., Brem S.
y otros, The Journal of the learning Sciencies, 6 (1), 1997 edición digital pag.16
[7] La tercera ley reza:
los cuadrados de los dos períodos de dos planetas son proporcionales a los
cubos de los ejes mayores de las respectivas órbitas.
[8] Como habíamos expuesto
más arriba, el Sol PS transitaba en 1619 entre 3º24’ Aries y 27º28’ de Piscis,
la referencia anterior era al eje nodal Leo-Acuario, ahora le sumamos desde esta
concepción de armonía y música de las esferas, la activación del sextil partil
Júpiter –Venus, mediante los aspectos de 15º a Júpiter (aspecto venusino) y 75º
a Venus (de la misma serie ) y luego el creativo quintil al mismo planeta y también 75º y quintil al Sol.
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