Aquí va la segunda parte que empieza a incluir paralelos astrológicos.
Esta visión es altamente significativa para el concepto de mutación, ya que no habría opuesto en el reposo o en la pasua, siendo formas de expresión de a mutación. Como señala H. Willhelm, apoyándose en el apócrifo citado más arriba: “lo contrario de la mutación es el crecimiento de lo que debería decrecer, el derrumbamiento de lo que debería gobernar” (pag. 28)
La mutación
siendo un modo natural, sólo se puede invertir yendo contra la naturaleza, como
en el caso del hexagrama 33: La Retirada, adjudicado al sexto mes (julio y
agosto) época donde empiezan el germen de las fuerzas invernales a manifestarse aún en el medio del tórrido verano (hemisferio norte). Traducido a circunstancias humanas el noble debe retirarse
por el ascenso de los vulgares. Sería antinatural querer avanzar, según la
concepción del I-Ching a toda costa cuando las circunstancias no lo permiten.[1]
El sentido de
la mutación no es el de un destino dictado desde afuera, sino una tendencia
natural concurrente entre el desarrollo espontáneo interior, y las
circunstancias externas, coincidiendo en un instante dado. Eso muestra la indivisibilidad de la concepción
china del mundo.
La mutación,
comenta H. Willhelm, es un indicador caminero, que muestra la dirección que
toman las decisiones No hay compulsión antes es la pauta para descifrar los
acontecimientos. ÇE el cap.X (parte I) aparece: Son las mutaciones aquello mediante lo cual
los santos y los sabios alcanzaron las profundidades y comprendieron todos los
gérmenes”(pag. 403)
Conociendo
los gérmenes de las situaciones los hombres se pueden armar contra el peligro.
Ningún estado es duradero y todo está sujeto al cambio. No existe la concepción
lineal, la idea de progreso es espiral. En la concepción china el retornar a
los tiempos pasados, si estos fueron superiores, es aceptado abiertamente.
Este
reconocimiento del cambio eterno lleva, para Willhelm, a la tercera
significación de la palabra I: lo seguro, lo constante. En los primeros
apócrifos se decía: “Lo inmutable es la mutación”.
En os
estratos más recientes del libro, comenta H. Willhem, se usa este sentido como
lo opuesto a peligro. El peligro es lo inesperado, que ocurre generalmente porque
uno no está preparado, para ello (Hexagrama 45, la Reunión, la Imagen, pag.
260)
La
certidumbre proviene del conocimiento de los gérmenes que da seguridad en el
desarrollo de los acontecimientos. Willhelm expresa que este concepto se podía
aplicar en lo social a las relaciones
existentes entre los diferentes actores sociales. Así aparece en el apócrifo:
el padre estaba sentado y su hijo se inclina ante él, pero la relación dinámica
existente nos dice que este mismo hijo será mañana quien estará ocupando ese
lugar, recibiendo las reverencias de su propio hijo. Esto se podía extender a
los demás vínculos establecidos.
Pero en la
esfera personal y en lo cósmico se hace necesario otras relación que den la
medida de estabilidad de la mutación y en la que se basa. Esta es la tensión
fundamental de lo Creativo (el Cielo- lo luminoso), y lo Receptivo (La Tierra-
lo Oscuro).
El cap. XII
(parte I) reza: “Lo Creativo y lo Receptivo constituyen el verdadero secreto de
las Mutaciones. Al presentarse lo Creativo y lo Receptivo en forma cabal, las
mutaciones también quedan establecidas entre ellos. Si lo Creativo y lo
Receptivo fuesen aniquilados, no habría nada en lo cual verse las
mutaciones Si ya no hubiese mutaciones
para ser vistas, también cesarían paulatinamente los efectos de lo Creativo y
lo Receptivo.” (pag. 410-411)
R. Willhelm
comenta al respecto de esta sentencia:” las mutaciones se conciben aquí como un
proceso de la naturaleza, casi idéntico a la vida. La vida se basa en los
antagonismos polares de actividad y receptividad. Con ello se mantiene la
tensión, cuyo balance se presenta en cada caso como mutación, como proceso
vital. Si cesara este estado de tensión, este “declive” no existiría ya ningún
criterio aplicable a la vida; ésta no podría manifestarse.” (Ibid. Pag. 411)
El mismo sentido
aparece en el Tao Te Ching (V) “El espacio entre el Cielo y la Tierra es como
un fuella. Aunque vacío en apariencia, todo lo contiene. Cuanto más se lo mueva
más surgirá de él”.
De allí que
conocer el libro es conocer la vida en su totalidad. En el cap. IV (parte I) se
dice: “El Libro de las Mutaciones contiene la medida del Cielo y la
Tierra; por eso es posible abarcar y
estructurar con él el sentido (Tao) del Cielo y Tierra”(ibid. Pag. 381) (…) y
luego “En él (el Libro) se encuentran las formas y los ámbitos de todas las cosas
del contorno, de modo que no falte ninguna de ellas. Por eso por su intermedio
puede penetrarse en el sentido (Tao) del día y de la noche a punto de
comprenderlo. Por eso el espíritu no está ligado a sitio alguno, y el libro de
las Mutaciones no está ligado a ninguna forma.” (Ibid. Pag 384)
H. Willhelm
interpreta aquí la palabra Tao como la fuerza operante en la totalidad del
universo- al igual que en la concepción taoísta- agregándole el sentido de lo
firme y lo constante. La mutación, se puede conocer a través del Libro, no
siendo ésta ni irracional ni abrupta, se puede confiar en su curso fijo de la
misma manera que la noche sigue al día y el verano al invierno. El hombre sabio
puede a través del conocimiento del libro conocer el destino, actuando a favor
de éste y no en contra. Por ello el cap. IV reza: “De este modo, al tornarse el
hombre parecido al Cielo y la Tierra, no entra en contradicción con ellos. Su
sabiduría abarca todas las cosas y su sentido (Tao) ordena el mundo entero. Por
eso no comete ninguna falta. Obra por doquier, pero en ningún caso se arrebata,
se apasiona. Disfruta del Cielo y conoce el destino. De ahí que esté libre de
preocupaciones. Está contento con su situación y es auténtico en su
benevolencia. Por eso es capaz de ejercer el amor.”(Ibid. Pag. 383)
Al
participar de la naturaleza del universo, el hombre según la concepción del
libro de las Mutaciones , puede intervenir en su destino y en el del Cosmos
dentro del marco prefigurado. H. Willhelm concluye: “Pero permanecer en el
interior de estos límites es la tarea asignada a la fuerza de su entendimiento,
y el libro de las mutaciones fue escrito para promover el entendimiento, a
través de las experiencias y de los enfoques de los tiempos antiguos”(lo. Cit.
pag. 32)
II Desarrollo:
En esta sección desarrollaré la indagación directa al libro sobre el
tema de la mutación. La intención es complementar la reflexión teórica y sus
comentarios acuñados a lo largo de los siglos con una consulta apelando a la
“materia viva” producto del instante. Soy consciente del problema que esto representa, a saber: confrontar
directamente con el Libro sin tener adecuados conocimientos acerca de él. Pero
creo que la peculiaridad del libro es poder acceder a él- además de la
reflexión consciente- a través del “azar”. Del “azar lleno de sentido” como lo
plantearía C.G. Jung, quien prologó la versión de R. Willhelm del I-Ching.
La
respuesta desde ya podrá ser subjetiva debido a la influencia psíquica del
consultante. Pero gracias a los modernos descubrimientos de la física de
partículas, hoy ya sabemos en Occidente que el observador incide y modifica lo
observado, redescubriendo una vieja verdad ya existente en el pensamiento
oriental y particularmente en el chino. En esta visión el sujeto participa de
la naturaleza del objeto.
Teniéndolo
presente y bajo estas condiciones indagué el libro, sabiendo posiblemente que
la respuesta sería de orden subjetivo y no una verdad “universal” u “objetiva”.
Mi pregunta
fue: “¿Qué es el Cambio?” La respuesta fue:
_____ _____
__+__ _____
_____ _____
_____ _____
_____ _____
_____ _____
14 1
La respuesta es el hexagrama 14: “La Posesión de lo Grande”. El Juicio
expresa: “ La posesión de lo Grande: Elevado Logro” (I-Ching pag. 137)
El libro parece estar contestando directamente al consultante: poseer el
cambio (su conocimiento)es algo grande lo que redunda en un elevado logro. A
peculiar conformación del hexagrama: cinco líneas fuertes (enteras) retenidas
por una débil (cortada) hace que Willhelm se pregunte: “¿Cómo es posible que
ese débil trazo tenga la fuerza suficiente como para retener y poseer a los
trazo fuertes?”. La respuesta es gracias a su desinteresada modestia.
(continúa en la 3º parte)
[1] Curioso el significado, para el simbolismo
astrológico dado que corresponde al signo solar de Leo. Pero desde la
perspectiva filosófica el hexagrama nos muestra el Cielo por encima de la
Montaña. Aquí el símbolo solar se ubica más allá del mundo, retirándose de
él. Desde la simbólica cristiana es el
Reino de los Cielos que mora en el Corazón (Leo) y no queriendo reinar extravertidamente en el
Mundo. Ese es el típico símbolo alquímico del León devorando el Sol. El ansia
de poder (Leo) poseyendo a la Conciencia (Sol). Desde la perspectiva práctica
el hexagrama habla de una retirada activa y “es precisamente gracias a la
retirada que se obtiene el logro”( IChing, pag. 212)
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