viernes, 28 de enero de 2011

TIPOLOGÍA JUNGUIANA Y ASTROLOGIA (2º parte)


LA FUNCION DE SENTIMIENTO

En el punto anterior arribamos a una cita donde el sentimiento se indiferenciaba o confundía con la intuición. No sólo en el ámbito de la psicología junguiana, en forma paradojal, sucede este fenómeno, sino que es un campo más de un acontecer general.

El lenguaje por el cual nos comunicamos lo expresa. Por lo tanto en el alemán, esta indiferenciación se expresa en que “la noción de percepción (Die Empfindung) está ligada, por un lado a la de presentimiento, a la de intuición y, por otro, a la de sentimiento. Se utilizan los términos de Empfinden (sensación) y de Gefühl (sentimiento) indiferentemente para estos tres órdenes de datos psicológicos, como si se tratara de la misma cosa.”(16).

En el inglés se confunden sentimiento e intuición. Jung comenta: “el inglés es peor todavía: no se dispone sino de la palabra intuition , que se emplea en el lenguaje corriente y que, por este hecho, pierde muchas de sus virtudes para designar una función científica” (17).

Pero en el uso coloquial aún se usa la palabra feeling para denotar indistintamente sentimiento e intuición. En castellano expresamos en el lenguaje corriente “sentir una corazonada”, o también el abreviado “siento que”, para expresar una intuición. Desde la óptica junguiana esta indiferenciación denota que estas funciones están a disposición del Inconsciente (propio de nuestra cultura pensamiento-sensación) por ello presentándose en forma arcaica, primitiva y fusionadas.

El ex-director del Instituto de Zürich, James Hillman (1970), se refiere a esta contaminación del sentimiento, cuando es inferior, con la intuición, dando lugar a fenómenos parapsicológicos. “Cuando el sentimiento tiene una componente intuitiva y está radicalmente disociado de la conciencia, lo que ocurre muchas veces con médiums y con otras personas dotadas de dotes parapsicológicas, pueden ser mantenidas relaciones personales, no por medio de una relación consciente y del interés humano por el otro, sino a través del Inconsciente: en extraños eventos sincronísticos o sueños y oraciones” (18). Pero dado que estas funciones son inferiores falla la evaluación del sentimiento y la intuición no se comporta como el tipo descripto más arriba, y da lugar a todo tipo de fobias, aprehensiones y obsesiones propias de la manifestación inferior. Hillman concluye: “Cuando esas funciones son inferiores, vemos a la luz de valores erróneos y establecemos relaciones a partir de falsas percepciones. Mucho de lo que consideramos paranoide acontece de esta forma.” (19)


El problema de la afirmación de Greene estaba dado en su confusión entre una función superior, a disposición de la conciencia, y la función inferior, contaminada en el Inconsciente. Pero como el lenguaje refleja es un inconveniente de nuestra cultura y no sólo un problema individual. Por esta razón se confunde la función de sentimiento, no olvidemos que es racional, capaz de emitir juicios evaluativos, con emoción, afecto y pasión.

Jung separa afecto de emoción; su distinción es esencialmente cuantitativa. Los sentimientos se transforman en afectos cuando liberan inervaciones físicas. “Conviene distinguir entre afecto y sentimiento, ya que el sentimiento puede ser una función voluntariamente disponible, mientras que el afecto por lo regular no suele serlo.” (20)

Hillman agrega una distinción en la definición de emoción: “la emoción es un evento de la personalidad como un todo (..) Muchos niveles son afectados, y la consciencia se transforma, por medio de una emoción, en una especie simbólica de consciencia. Producen profundidad; dan y traen sentido; desorganizan y crean al mismo tiempo, presentando la experiencia de la consciencia del cuerpo” (21)

Hillman expresa teóricamente lo que Jung (1938 y revisión posterior) hace con un alto grado de vuelo poético: “ La emoción es el fuego alquímico, cuyo calor es lo que hace aparecer todo y cuyo ardor omnes superfluitates comburit- quema todo lo superfluo- y es también, por otro lado, ese momento en el cual el eslabón golpea sobre el pedernal y se produce una chispa: la emoción es la fuente madre de toda concientización. Sin emoción no se produce transformación alguna de las tinieblas a la luz y de la inercia al movimiento”(22) Esta definición de emoción ligada al movimiento se ve confirmada por el lenguaje: “e-moción”, donde el prefijo e significa origen y moción movimiento

Esta definición de emoción la da al describir un aspecto positivo del Eros Exaltado, variante del Complejo Materno femenino. En su aspecto negativo éste se caracteriza por una disminución del instinto materno y una hipertrofia del aspecto erótico que la lleva a una relación incestuosa inconsciente con el padre; celos por la madre y deseos de superarla. Sin embargo, este conflicto en su aspecto positivo, como fuego iluminador, es productor de la conciencia. Ambos aspectos nos remiten a la lava incandescente de Escorpio y su regente Plutón.

Si consideramos otra faceta del complejo materno: la Hipertrofia de la Madre, en el cual está exaltado el instinto maternal, fácilmente la podríamos vincular a las aguas primordiales de Cáncer.

De la misma forma que la llamada: Identificación Negativa con la Madre, donde ambos instintos (materno y eros) quedan paralizados y la hija sucumbe en una simbiosis con la madre, sin posibilidad de alcanzar un destino propio femenino. Esta situación nos remite a la disolución de la conciencia individual en los oceános de Piscis, donde Neptuno tiene su reino.

Estos ejemplos nos han llevado a distinguir otra categoría más dentro de la psicología junguiana: sentimiento es una función de la conciencia que no hay que confundir con Complejo Materno, cuyo núcleo es el Arquetipo de la Madre. Todo complejo es autónomo y funciona en el campo del Inconsciente a expensas de la conciencia. El Complejo materno, surgido de la interrelación entre el vínculo personal con la madre y su núcleo arquetípico: la Gran Madre, recubre la función de sentimiento, impidiendo su desarrollo.

Las representaciones simbólicas del elemento agua: cangrejo, escorpión y peces parecerían coincidir, además del tradicional y universal símbolo del agua como fuente de vida, con estadios primigenios más que con la simbolización de una función de sentimiento diferenciada. La pregunta es: ¿cómo es tipo sentimental propuesto por la psicología junguiana?



¿SENTIMIENTO Y TIERRA?


Jung define a la función de sentimiento como “una especie de enjuiciamiento, pero diferente del juicio intelectual en cuanto se verifica no con el propósito de establecer una conexión conceptual, sino con un propósito de aceptación o recusación por de pronto subjetivas. La valoración por el sentir se extiende a todo contenido de la conciencia, de cualquier clase que sea.” (23)

De esta forma se pueden valorar pensamientos, intuiciones y sensaciones. La valoración se da en términos: agradable - desagradable, placer - dolor. Hillman agrega en una primera tentativa, tratando de escapar a estas coordenadas propias de la filosofía hedonista, el sentimiento estético (bello - feo), moral (bueno - malo), humano (amor - odio; animado - deprimido) y biológico (atracción - repulsión ) (24).

Desde esta perspectiva es comprensible, en una primera lectura, la crítica de Robert Hand (1981) a la adjudicación de la función de la sensación al elemento tierra.

Hand propone: “En el sentido junguiano de la palabra, la tierra es sumamente racional, mientras que la sensación no lo es. Virgo y especialmente Capricornio necesitan hacer juicios sobre el bien y el mal, y a Tauro le procupa mucho lo agradable y lo desagradable. Según las definiciones de Jung, la tierra se interesa casi tanto por el sentimiento como por la sensación” (25).

Aquí deberíamos hacer una nueva discriminación. Desde la óptica junguiana, podríamos definir a Tauro como un tipo sensitivo con auxilio del sentimiento, cuando el individuo lo ha logrado diferenciar. En cambio, si esto no ocurriese o lo fuera embrionariamente, lo podríamos encuadrar dentro de lo que se denomina “ sensación sentimental”. “ El sentir “sencillo” corriente, es concreto, es decir, aparece mezclado con elementos de otras funciones, por ejemplo, con percepciones (y muy frecuentemente).

En este caso especial, puede calificárselo de afectivo, de percepción sentimental, con lo que por de pronto quiere darse a entender una indisoluble fusión del sentir con elementos perceptivos.” (26)

Dada su característica de signo de Tierra y fijo, es para los astrólogos bien conocida su actitud pasiva, receptiva. Desde esta perspectiva la podríamos asociar a la idea de Jung de “apercepción sentimental pasiva”. “El acto pasivo del sentir se caracteriza por el hecho de que un contenido estimula el sentimiento o le atrae y obliga al sujeto a participar sentimentalmente” (27)

El sentir pasivo, prosigue, es “irracional en cuanto, sin intervenir establece valores a veces incluso contra los propósitos del sujeto mismo” (28)

La naturaleza del deseo taurino, provocador de tantas configuraciones del Destino, se ve reflejada en esta definición. Sólo cuando el taurino más diferenciado, tiene a su disposición esta función, la encontramos como función dirigida, una acción volitiva. Hallamos la relación con la finalidad vital solar del psicoanálisis (creado por el taurino Freud) apuntando a esta diferenciación: a “encontrar el propio deseo “.

El caso de Capricornio y Virgo difiere, dadas las características cardinal y mutable, asociadas a la acción y los proceso mentales en la Astrología. Si intentamos trazar un paralelo con la psicología junguiana encontramos un tipo intermedio: el pensamiento sensitivo o la sensación con el pensamiento como función auxiliar. Por lo tanto hallaríamos al sentimiento y la intuición como funciones inferiores.

Es sencillo reconocer el temor al futuro en ambas personalidades - propio de la intuición inferior, que los lleva a conductas excesivamente previsoras y a la avaricia en casos extremos.

No es tan fácil, en una primera impresión, hacer lo propio con la función de sentimiento. Esta actúa secretamente invadiendo el plano consciente. Jung expone: el altruísmo consciente, con frecuencia extraordinario, se encuentra entreverado con un secreto egoísmo oculto al individuo mismo y que da un aspecto interesado a acciones desinteresadas en el fondo. (..) Hay caso de salvadores o guardianes de las costumbres que de pronto parecen estar comprometidos o necesitados de salvación ellos mismos.”(29)

Se puede reconocer en esta descripción la actitud contradictoria de Virgo. Se puede agregar (también desarrollado por Jung) que esta oculta acción del sentir sobre el pensar, lo lleva a categorías arcaicas del bien y del mal. Como consecuencia el pensamiento se vuelve “dogmático y rígido”(30)

Desde esta posición quieren “forzar la realización de su ideal por el bien de la humanidad que no se detienen ante la mentira y demás recursos inconfesables (…) pensando que el fin justifica los medios.” (31)

Podemos reconocer los aspectos negativos de Capricornio y Virgo en esta exposición. Sheldon Kopp da como ejemplo de esta tipología a Richard Nixon quien, coincidencia significativa, había nacido bajo Capricornio con ascendente en Virgo y predominancia de tierra en su carta (Sol, Mercurio [gobernante de tema] Júpiter, Saturno y Ascendente). Kopp expresa, al referirse a la función inferior de sentimiento: “para obedecer a su infantil sentido de lo bueno y lo malo, no retroceden ante la brutalidad o el engaño con tal de derrotar a sus enemigos.” (32)

Jung, por el contrario, realizó en 1934 una interesante presentación sobre el funcionamiento diferenciado de la función de sentimiento: “Un filósofo inglés ha dicho: “un espíritu superior no es nunca totalmente claro”. Esto es cierto; y del mismo modo, un sentimiento superior no es nunca totalmente claro. No gozaremos de un sentimiento desbordante más que si está ligeramente manchado de duda.” (33).

Quizás nos esté brindando un indicio para establecer una vinculación.



EL TIPO SENTIMENTAL


El psiquiatra suizo nos plantea que el tipo sentimental extravertido es una persona adaptada, amistosa. Le da gran importancia al amor, a ser apreciado y a la aprobación del medio. Evita las ideas independientes por miedo a desagradar, por lo tanto a su expresión sentimental le falta lo personal. En casos extremos, ya rondando la neurosis, su humor se vuelve errático y exagerado, debido a la “excesiva asimilación al mundo exterior con sus cambios continuos de situaciones que suscitan un tono sentimental diverso, opuesto inclusive, la personalidad se disuelve en otros tantos sentimientos distintos. (..) a pesar de todo la base del yo permanece idéntica a sí misma y se opondrá claramente al cambio continuo de estados sentimentales” (34).

La descripción dada por Jung cuadra a Libra (también en menor medida a Géminis) en cuanto a su adaptabilidad y a su esfuerzo por armonizar los platillos del balance exterior e interior.

Según estos intentos sean fructíferos la función inferior de pensamiento estará debidamente controlada. Pero si la tensión interior aumenta, siéndole imposible armonizar su yo con todos los estados sentimentales, surge la disensión consigo mismo y el inconsciente se manifiesta en forma claramente opositora. Allí hace su irrupción el pensar inferior, contaminado por el afecto, y su lógica blanco- negro, oponiéndose infantilmente según su humor.

Pasemos al tipo introvertido; su sentimiento está volcado hacia su mundo subjetivo. Jung manifiesta: “Al exterior evidencian esa armonía que no pretende llamar la atención, una tranquilidad agradable, un paralelismo simpático, que no pretende provocar ni impresionar y mucho menos coaccionar y alterar al prójimo. Si está algo acusado este aspecto exterior, se hace sentir la sospecha de la indiferencia y la frialdad que puede recelar incluso la impasibilidad ante las alegrías y penas del prójimo” (35) .

Nuevamente encontramos paralelismos con la personalidad libriana, la “bella indiferencia”, su tendencia a neutralizar todo exabrupto que pueda alterar su búsqueda de equilibrio. Jung lo expresa: “Aunque existe una predisposición en el sentido de un armónico y tranquilo aparejarse a las cosas, frente al objeto extraño no se manifiesta amabilidad alguna, ni cálida receptividad, sino una actitud en apariencia indiferente, fría, incluso repelente (..) Ante algo arrebatador, entusiástico, adopta este tipo por de pronto una neutralidad suficiente, a veces con leve aire de superioridad y de crítica (..). Una emoción arrolladora puede ser rechazada rudamente, con la más tremenda frialdad.”(36)

La función inferior de pensamiento contaminará la función superior mostrando expresiones de vanidad y pretensiones de tiranía. El pensar extrovertido inferior se transforma en sospechas de “lo que los demás piensan de él , pierde su postura armonizadora y se encierra en un círculo vicioso de secretas rivalidades, y “en una lucha encarnizada que no renuncia a ningún medio, por maligno o infame que sea, incluso de las virtudes se abusa para conquistar el triunfo jugándolo todo. Se llega así al agotamiento físico” (37). Jung aclara: anemia y sus consecuencias. Astrológicamente podemos asociarla al detrimento de Marte (hierro) en Libra.

Von Franz señala dentro de este tipo, en cuanto a su personalidad y no a su obra, a Sigmund Freud. “Él tenía una manera bien diferenciada de tratar a las personas. Era un excelente analista tenía una especie de “caballerosidad” que ejercía una influencia positiva no sólo sobre sus pacientes sino también sobre todos los que lo rodeaban.”(38) Podríamos agregar que su función inferior lo llevó a las conocidas disputas y rupturas con sus discípulos, por no aceptar sus ideas ( Adler, Jung, Reich, Melanie Klein etc.).

Relacionemos este análisis con su carta natal. Freud tenía como gobernante de tema a Marte en Libra (ascendente en Escorpio) en casa XI, en una formación de balde(modelo planetario desarrollado por el astrólogo Marc Edmund Jones) en la cual operaba como manija. Su caballerosidad está expresada por esta posición, al igual que su influencia positiva en el medio ambiente (trígono a Mercurio en Tauro en VII). Marte, a su vez , está en disposición mutua con Venus en Aries. Sus disputas por la oposición de Marte con Júpiter en Piscis en V (jóvenes discípulos) ambos cuadrados a Saturno(regente de III) en Géminis en VIII (ideas sobre la sexualidad) quien como vértice de la T cuadrada representa el pensamiento extrovertido inferior que motivó la ruptura con ellos. Al tornarse esta función arcaica, se contamina con los contenidos colectivos dando lugar al mitologema de Saturno devorando a sus hijos por temor a que lo destronen. En el mito Júpiter es quien finalmente lo hace. Probablemente este tema mítico, propio de su constitución arquetípica, haya dado origen a su idea del Padre de la horda primitiva. Los elementos sexuales, el deseo por las hembras ausente en el mito anterior, se ven constelados por la posición de Saturno en VIII.

Volviendo a lo anterior llegamos a la conclusión paradojal de que el tipo sentimental correspondería a un signo de aire: Libra y no al agua. La diferencia radica en que se puede tener estados emotivos, sentimientos, pero eso no significa sentir para la psicología junguiana. El sentimiento es una función racional dirigida por la voluntad, capaz de emitir juicios evaluativos. Sólo cuando es inferior o el sujeto presenta estados patológicos, se pierde esta capacidad y el sujeto se ve inundado de emociones dando lugar a un humor errático y melancólico.

La asociación no nos debería resultar sorprendente, si consideramos al regente Venus, que en el campo astrológico siempre se lo ha ligado al mundo del sentimiento.

Hillman corroboraría esta deducción:

“Se alega que las personas frías no son tipos sentimentales; con todo el sentimiento puede ser expresado de manera fría, exacta, remota, como ocurre en el lenguaje diplomático y en los dominios del goce estético, en las cuales las formulaciones y la precisión clásica pueden ser comparadas con la elegancia de las fórmulas matemáticas.”

“Olvidamos que la aplicación de la ley por un juez es una operación de sentimiento y que las leyes no fueron inventadas apenas para proteger la propiedad y para garantizar el sacerdocio, la clase dominante y su poder, sino también para juzgar difíciles problemas humanos y hacer justicia en los negocios de los hombres. Juzgar es una cuestión de sentimiento, de la misma manera como en los templos de Saturno, exhibíase una balanza, o como, en el horóscopo, se dice que Saturno está bien posicionado cuando se encuentra en el signo de Libra (las bastardillas son del autor). Una decisión salomónica no es un golpe brillante que deshace el nudo gordiano de las complejidades; es antes, un juzgamiento a partir del sentimiento. La ley cuida de “causas”, considera “peticiones” y “obligaciones”, pudiéndose hacer, a través de ella, “apelaciones”. “The Bill of Rights” es un documento de la función de sentimiento en su más abstracta manifestación. Creemos erróneamente que el sentimiento debe ser personal y que la ley es siempre fría y seca, olvidándonos de los valores de sentimiento impersonales de la ley, de sus ideas y de su explicación general.” (39).

Hillman menciona directamente a Libra además de exponer sus típicos atributos: diplomacia, goce estético, justicia. Nos muestra también la diferencia entre el sentir concreto, que vimos en el punto anterior relacionado a Tauro, y el sentir abstracto, el cual se aparta de lo personal para llegar a lo general.

Esta definición nos permite comprender mejor a Libra y su búsqueda ideal - al modo platónico - de la Verdad, la Justicia y la Belleza.

Podríamos agregar más citas confirmando este vínculo, pero con los dados nos alcanzan para probar esta hipótesis. Finalmente llegamos a la conclusión de que es imposible relacionar directamente las funciones junguianas y los elementos astrológicos. Una pregunta surge: dado el conocimiento profundo de Jung sobre el tema y la afirmación dada a Serrano, ¿sería posible vincularlos de otra forma?.

Para ello deberíamos indagar en su modelo psíquico.

Continúa en la 3º parte

1 comentario:

AzulTarot dijo...

Muy interesante su trabajo!
Desde la lectura de "Odisea Imaginal",aquí una admiradora,lo saluda cordialmente.
Bendiciones.